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18 de marzo de 2025
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Emilio de Hoyos: la historia de una traición

Emilio de Hoyos: la historia de una traición
  • septiembre 21, 2022

La muerte de Gregorio Faccio. Lenin Pérez y su promesa incumplida.

ESPECIAL

Cerca de las 6 de la mañana del lunes 20 de junio del 2021, Gregorio Faccio recibió una llamada a su teléfono celular cuando descansaba junto a su esposa y sus hijos en Saltillo. Esa llamada cambió su vida y la de su familia, pues una semana después, -el 26 de junio a las 9:30 de la noche-, murió víctima de un derrame cerebral, que, a decir de su esposa, le sobrevino por la alteración que sufrió tras atender esa comunicación.

A poco más de un año de estos hechos, la señora Brenda de Faccio accedió a platicar con Grupo Región y a revelar una historia de ingratitud y traición hacia su fallecido esposo por parte de Emilio de Hoyos, actual alcalde de Acuña y de Lenin Pérez Rivera, líder moral de UDC y que hoy la tiene a ella y a sus hijos desamparados y además con un deuda millonaria en el hospital Muguerza, pese a que frente al cuerpo inerte de Faccio, Pérez Rivera se comprometió a hacerse cargo de los gastos generados por quien fuera su cercano colaborador y a no desamparar a su familia.

 

“SU ERROR FUE SERLES LEAL”

Entrevistada en Saltillo, en la casa que compartió con Gregorio y sus hijos, Brenda lo define como “un hombre muy inteligente, al que le apasionaba la política… desde los 17 años militó en un partido, era un hombre al que le hablabas de política y le brillaban los ojos”, relata.

Además, añade, “fue un maravilloso padre, siempre pendiente de sus hijos y de hecho ese fin de semana estuvo en Saltillo para celebrar junto a ellos el Día del Padre”.

Su hoy viuda recuerda además que Faccio, como le llamaban, era maestro de profesión y su relación con Pérez Rivera y la UDC inició a partir de una invitación de Antero Alvarado, hoy ex alcalde de Allende, quien lo presentó con Pérez Rivera, conocido como “el líder moral” del partido que heredó de su padre, Don Evaristo Pérez Arreola.

La muerte de Goyo, rememora, vino luego de la elección de junio de 2021, en la que Emilio de Hoyos ganó la alcaldía de Acuña en la que quizá sea una de las elecciones mas competidas de los últimos años en ese municipio.

“Cada elección era lo mismo”, admite Brenda, “había poco tiempo para nosotros y mucho para el trabajo, pero Gregorio era así, de la escuela de antes, donde había principios, compromiso y lealtad y yo se lo advertí en algún momento, le dije que se saliera pero su lealtad por Lenin era inexplicable”. “En algún momento de la campaña que parecía destinada a la derrota, le dije que se viniera, y me dijo: “no puedo dejarlos solos”.

 

LA PRIMER TRAICIÓN: 

LA LLAMADA QUE LE QUITÓ LA VIDA

“Después de esa elección, que finalmente ganó Emilio de Hoyos y a lo que Gregorio contribuyó, viene a Saltillo a celebrar el Día del Padre, llega, celebramos y al día siguiente él ya debía estar en Acuña, porque nosotros teníamos planes de irnos allá, había una promesa de parte de Emilio de Hoyos de ser parte de la administración municipal, por lo que buscamos casa en Acuña con la promesa de tener trabajo los dos, pues eso éramos Gregorio y yo: un equipo”, relata.

Ese día, recuerda Brenda, estaba lloviendo muy fuerte y Gregorio bajó a hablar por teléfono… unos momentos después mi hijo sube y me dice “ven porque mi papá está muy alterado”.

“Esa llamada fue para decirle que ya no estaba en ese equipo… que ya no lo iban a necesitar”, sentencia Brenda, que si bien, inicialmente se reserva el nombre de quien hizo la llamada, más adelante lo revela y lo responsabiliza directamente de la muerte de Gregorio.

“Cuando yo bajo, él estaba todavía hablando por teléfono y luego se desplomó, yo lo vi muy mal y a como pudimos nos los llevamos, me lo llevo al hospital Muguerza, que es el más cercano a donde vivimos, llevaba la presión arriba de 300 y el azúcar arriba de 400, entró directamente a urgencias, en donde lo empiezan a valorar y posteriormente llega el neurólogo y me dice: vamos a esperar porque trae un esquima en el cerebro”.

Cerca de las 7 de la mañana, recuerda, le llamo a Lenin, a Emilio, a Édgar, y nadie me contesta… cerca de las 12 del mediodía me contesta Lenin a quien le informo de lo sucedido y me dice ahí va Édgar (González), que efectivamente llega más tarde y me dice “no te preocupes, nosotros te vamos a ayudar”.

Más adelante, señala Brenda, los médicos me dicen que lo van a pasar a terapia intermedia, pero que hay que hacer un deposito y le digo a Édgar… después de varias horas de espera, busco por parte de conocidos míos la forma de internarlo y en ese lapso la UDC me presta 50 mil pesos, con lo que hago finalmente el depósito.

“A las 3 de la mañana, casi 24 horas después, Gregorio empieza a desvariar, viene el neurólogo, le dan un sedante y me dice “tenemos que operarlo ya”… en ese momento, tontamente yo pensé, Lenin me puede ayudar, Emilio me puede ayudar”.

Posteriormente, recuerda, entra al quirófano, lo operan y me dicen que lo tienen que intubar, pasa una semana y en ese lapso llegaron de Acuña Lenin y Muruaga, para ver cómo estaba, o más bien cómo iba a quedar, pues sin saber que familiares nuestros compartían la misma sala de espera, comentaban sus dudas acerca de cómo iba quedar mi esposo.

Llegó además una abogada de la UDC, que estando Gregorio intubado y luchando por su vida, me pidió su computadora y su teléfono celular y la explicación es que era “por seguridad”.

Para ese entonces, dice Brenda, el equipo con el que Faccio trabajaba en Acuña comenzó a apoyarnos económicamente, empezaron a mandarme donativos a mi cuenta, así como amigos de Faccio de todo el estado, de todos los partidos y una de las personas que siempre estuvo presente apoyándonos fue Roberto de los Santos, hoy ex alcalde de Acuña, apunta.  

Una semana después, falleció Gregorio y comenzamos a ver cómo sacamos el cuerpo, pues para poder hacerlo se tenía que dar cierta cantidad y se desaparecieron todos, en el hospital pedían que mis hijos y yo firmáramos unos pagarés y su hermano (de Gregorio) dijo no, así que firmamos su hermano, Édgar González y yo.

 

HOMENAJE CON SABOR A MÍTIN POLÍTICO

Luego que pudieron sacar el cuerpo del hospital, Gregorio Faccio fue cremado y es entonces que Roberto de los Santos le pide a su hoy viuda llevarlo a Acuña para rendirle un homenaje.

“Yo acepto llevarlo al homenaje en Acuña y resulta que para Lenin eso se convirtió en otro tipo de evento, en el que buscaba los aplausos… por ejemplo, en pleno homenaje dijo: “a los que crean que porque se murió Gregorio Faccio se termina la UDC, están muy equivocados”… y la gente empieza a aplaudir, “yo no sabia si llorar, reirme o pararme y darle una cachetada y decirle ¿porqué me estás diciendo eso?

“Lenin siguió hablando de su partido, pero nunca se refirió al amigo, nunca al que fue leal, sincero, al que fue siempre derecho con ellos”.

 

LA SEGUNDA TRAICIÓN: NOS DEJARON SOLOS

Luego de que falleció mi esposo, -regresa Brenda en el tiempo-, Lenin se acerca a mi y me dice “todo va estar bien, no te preocupes, no los vamos a dejar solos a ti y a los muchachos, nos vamos a hacer cargo de lo que resta del hospital… yo te prometo que lo voy a hablar con Emilio y vamos a saldar la deuda… lo que nunca sucedió”.

Respecto a señalamientos sobre dudosos manejos de los recursos que se generaron en apoyo a Gregorio Faccio, Brenda sostiene: “Yo tengo las facturas del hospital y el registro de las donaciones, y los comprobantes de que soy la única que he pagado”.

Añade también que pidió un préstamo al municipio de Acuña y se lo descontaron, además de que los 50 mil pesos que entraron como depósito para poder operarlo, ese dinero se lo cobró Lenin con lo que se juntó de una rifa que se hizo a favor de Gregorio. “Muruaga cobró la totalidad del dinero y se lo entregó todo a Lenin, a mi no me dieron nada”.

Al día de hoy, resume Brenda, el hospital Muguerza nos ha dado varias opciones, y yo no estoy en condiciones de pagar los 500 mil pesos que restan. “Se pagó casi un millón y medio con donativos y aportaciones de amigos y familiares”.

 

EMILIO DE HOYOS NI SIQUIERA 

POR FACEBOOK ME CONTESTA

A pesar del “todo va estar bien”, que le prometió Lenin entre lágrimas, a más de un año nada de esto ha sucedido y al contrario, ante la solicitud de ayuda y el recuerdo de la palabra empeñada, Brenda ha encontrado el olvido y peor aún, la calumnia y amenazas hacia su persona por el reclamo de los compromisos que no se cumplieron.

Brenda de Faccio revela que Emilio de Hoyos en un año no le ha podido ni siquiera tomar una llamada y menos darle una cita.

“Hasta por Facebook le pedí una cita” y solo me manda decir que me calle, que ya no esté hablando, que hicieron mucho más de lo que se merecía Gregorio e incluso dicen que soy una malagradecida, que estoy desequilibrada, que estoy loca.”

 

“CUMPLAN CON LAS PROMESAS OLVIDADAS”

Al término del homenaje póstumo de Gregorio en Acuña, recuerda Brenda, “me acerqué a Lenin y ni siquiera me dejó hablar, me dijo “nos vemos en Saltillo” y nunca más ha vuelto a hablar con él en persona .

Si los tuviera de frente, se le pregunta a Brenda, ¿qué les diría a Emilio y a Lenin?

“Yo le diría a Lenin, que así como me dio su palabra, así como le salieron las palabras del corazón, por favor, cúmplale la promesa al amigo que se fue, que ya no está, al que te fue fiel”.

“En cuanto a Emilio, le diría lo mismo, que gracias al trabajo de Gregorio él llegó a la alcaldía, le pediría que cumplieran esa promesa”.

 

LA LLAMADA QUE MATÓ A GREGORIO

Finalmente, Brenda de Faccio sentencia: Yo puedo asegurarle que ese infarto no debería haber sido, pero fue por la llamada de Emilio de Hoyos para decirle que ya no lo quería en su equipo… fue muy fuerte para Gregorio porque teníamos esperanza, ilusiones, planes, sueños, dos hijos a los que queríamos sacar adelante, él tenia mucha vida por delante.

(Gregorio) “Se murió por tanta presión y la última fue esa, esa fue la última llamada, con la última persona con la que habló fue con Emilio y yo le colgué el teléfono.