Denuncian venta de resistol y thineer en escuelas de Coahuila

Desesperado por que dos de sus hijos deambulan como zombies dentro de su casa y se “pierden” por días; sumidos en las drogas de los inhalables, José Luis Guillen Mendoza, decidió enfrentarse sólo a la apatía de las autoridades y con dos mantas que mandó hacer con su dinero cerró uno de los pasos al Congreso estatal con un tendedero de lonas con una sola exigencia: que se prohíba la venta de resistol a los jóvenes.

Eran las 10:00 horas de este martes, cuando el padre de familia, de 52 años, salió de la colonia Ignacio Allende al sur de Saltillo, donde los estupefacientes, pero sobre todo las sustancias como el thinner y el resistol amarillo tienen atrapados a niños y adolescentes de ese sector.

El jefe de familia, hizo lo que cualquier padre haría, tratar de rescatar a sus hijos. Aún había tiempo, por lo que llegó al bulevar Francisco Coss, donde está el recinto del Poder Legislativo, donde ató cuerdas y colocó dos mantas, una hecha a mano y otra más en la que se gastó 300 pesos para que le imprimieran un oficio que él mismo entregó en la Secretaría de Salud hace seis meses pero que no tuvo eco en las autoridades.

El escrito era una contestación del Sector Salud donde la Subsecretaría de Regulación Sanitaria,- autoridad competente para regular la venta de estos químicos en ferreteras o tlapalerías-, se declaró con atribuciones limitadas y sólo señaló en la misiva que para modificar el reglamento y se controle más la venta de estas sustancias debe ser por parte del Poder Legislativo.

“Tengo dos hijos que se drogan, uno de 21 y otro de 26, pero desde que eran menores de edad se metían esas cosas y ya no sabemos qué hacer, pues mi esposa incluso se quiere suicidar por no poder ya ver a sus hijos en esas condiciones”, contó el solitario manifestante.

De su motocicleta que usa para el trabajo sacó como prueba para los diputados envases de 600 mililitros de resistol amarillo que los dueños de ferreteras venden a hombres que presentan credencial pero que estos a su vez la comercializan libremente entre los niños de barrio.

CONTROL ESTRICTO

El trabajador dijo que decidió levantar la voz dado que en la colonia donde vive, además de sus hijos, más de 120 jóvenes entre señoritas, niños y adultos se dedican a inhalar este solvente que les venden a 70 pesos en un “mercado ilegal”.

Recalcó que con esta situación se daña la salud física y mental de la juventud, además que provoca que los adictos incurran en acciones de delito como el robo el homicidio e incluso el suicidio.

El padre de familia permaneció menos de una hora para en seguida ser llamado al interior del Congreso para escuchar sus planteamientos y definirse una respuesta a este problema social que son las drogas.

En Saltillo, según información de los Centros de Integración Juvenil, los inhalables (thiner y resistol amarillo, marcadores y cemento), son la primer droga que usan los adolescentes.