Cynthia Morales acude dos veces al mes en compañía de su esposo a Monterrey, para llevar a chequeo ante un cardiólogo a su hija de 4 años a la Clínica de Especialidades 34 del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Si deciden comer allá o durante el viaje ella y su esposo, quien le ayuda a cargar a la pequeña, deben gastar más de 600 pesos, si se incluye el costo del pasaje de él.
En contraste, la subdelegación en Coahuila del Instituto Mexicano del Seguro Social le entrega el costo del viaje redondo para dos personas -en este caso para su hija y ella- y 11 pesos por concepto de “viáticos”.
“Para que se compre algo”, le dicen. La humillación para los derechohabientes de IMSS comienza cuando el médico familiar recomienda una visita a un centro de especialidades de tercer nivel, que Coahuila solo posee en Torreón y Nuevo León en Monterrey.
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