Caso Melany evidencia fallas en protocolos escolares

Leslie Delgado
En Coahuila, las escuelas de educación básica cuentan con un protocolo específico que establece cómo debe actuar el personal docente y administrativo para proteger a los estudiantes en cualquier situación de riesgo. Sin embargo, la reciente fuga de una alumna en Saltillo evidenció la urgencia de reforzar su aplicación.
La tarde del pasado miércoles, Melanie, de 13 años, huyó del colegio María Álvarez Rodríguez justo en el momento en que su madre acudía a recogerla. La institución no se percató de la ausencia de la menor, lo que desató una movilización policiaca que se extendió por varias horas, hasta que fue localizada en la Alameda.
Cuando se detecta un riesgo, el personal está obligado a actuar de inmediato: no puede minimizar ni ignorar la información. Se debe dar tranquilidad a la comunidad, avisar a los superiores y a los padres de familia y, si se trata de un posible delito, llamar al 911 y notificar a la Coordinación General de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Educación. Además, los alumnos involucrados tienen derecho a mantener su identidad protegida y a no declarar sin la presencia de sus tutores.
El protocolo también establece reglas estrictas para la hora de salida. Si los padres no llegan puntuales, el hecho debe registrarse en la bitácora y el docente tiene 15 minutos para comunicarse con los responsables autorizados. De no haber respuesta, el alumno debe permanecer en un salón designado durante media hora más bajo resguardo. Si pasado ese tiempo nadie acude, la escuela deberá dar aviso a la PRONNIF o al 911.
Con estas medidas, la Secretaría de Educación busca no solo atender emergencias, sino también prevenir riesgos y dar certeza a las familias sobre cómo se protege a sus hijos.