Por: Miroslava Zapata
Hace 14 años nació en Saltillo la Casa del Migrante, fundada por el padre Pedro Pantoja Arreola para ayudar a los migrantes que se encuentran en tránsito por Saltillo, pero que sufre una grave carencia de recursos para subsistir y poder realizar su obra.
El albergue, que atiende a decenas de indocumentados, principalmente de países de Centroamérica, se ha sostiene de la caridad de particulares, pero no recibe recursos del gobierno local, estatal o federal.
Alberto Xicoténcatl Carrasco, director de la Casa del Migrante, quien por seguridad no reveló a cuánto asciende el gasto mensual de la casa, señaló que “personas que se dedican a realizar actos ilícitos creen que tenemos dinero y no es así.
De hecho ya nos han querido extorsionar, y es por ello que no revelamos el gasto que se realiza en esta institución, que es considerable, pues son muchas las necesidades”, aclaró.
Agregó que antes de admitir a los residentes se les realiza un estudio socioeconómico y se les obliga a seguir un reglamento interno: “En esta casa debe imperar el respeto; no deben de introducirse bebidas alcohólicas ni drogas, menos consumirlas en el interior”.
Comentó que sin recursos de las instituciones gubernamentales, la Casa del Migrante subsiste de las donaciones de la comunidad, del trabajo voluntario, de la donación de las materias primas para los alimentos, que muchas veces otorgan la Iglesia católica y organizaciones privadas.
Dijo que gracias a la gestión que se hace, hay personas particulares, “almas caritativas” que hacen donaciones en efectivo y en especie, para ayudar a mantener el refugio y poder seguir recibiendo a personas indocumentadas que muchas veces llegan heridas y hasta lisiadas.
Agregó que la casa alberga a los indocumentados entre tres días y tres meses, dependiendo de su salud y de las circunstancias.
Agrega que en ocasiones los migrantes sufren accidentes o enfermedades graves y que en esos casos son canalizados al Hospital General.
Comentó que hace unos días fueron enviados ahí tres migrantes, y que en casos sí se recibe el apoyo del Gobierno del Estado a través del DIF. Xicoténcatl Carrasco declaró también que este centro ha llegado a dar servicio hasta a 320 indocumentados, y acepta que no está en las mejores condiciones, debido al número tan elevado de huéspedes.