Carlos Recio, una mirada al pasado

Saltillo, Coahuila / 22 de Febrero de 2019

Por: David González

Apasionado por la historia y la fotografía, Carlos Recio Dávila se ha convertido en un referente de la historia de Saltillo y de la imagen como medio de comunicación, gracias a la curiosidad que nació en él desde temprana edad, al habitar junto a sus ocho hermanos en una casa que data del siglo 19 y heredar en su juventud una biblioteca con cerca de 8 mil libros, lo que terminó por convertirlo en un bibliófilo.

En entrevista para CAPITAL MEDIA, el historiador hace un recuento de su preparación intelectual en Francia y explica que una de sus fascinaciones es explorar los sucesos que marcaron a la sociedad mexicana e internacional durante el siglo 19, como la historia del cine y la fotografía, además de los conflictos bélicos del país, donde destaca para él la Batalla de la Angostura que se libró en el sureste de Coahuila entre el 22 y 23 de febrero de 1847, producto de la intervención norteamericana.

Actualmente es catedrático de la licenciatura en Historia en la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila y entre 1994 y el 2000 fungió como director de la entonces Escuela de Ciencias de la Comunicación, por lo que se le coloca como un punto de consulta y referencia para adentrarse a la historia de la ciudad y de los medios visuales de información.

¿Quién es Carlos Recio?

Soy un saltillense que nació hace 57 años y que desde hace mucho tiempo me he dedicado a la comunicación, la historia y la educación.

¿Cuánto tiempo lleva como historiador?

Como historiador hice estudios de maestría entre 1994 y 1996 en la Universidad Iberoamericana y me interesé en la Batalla de la Angostura y de la Guerra entre México y Estados Unidos que se desarrolló de 1846 a 1848. Paralelamente he trabajado en la historia de Saltillo y de la fotografía como medio de comunicación, por lo que fui director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila entre 1994 y 2000. También hice estudios de una segunda maestría en Ciencias de la Comunicación y el doctorado Historia lo realicé en Lyon, Francia dentro de la Université Lumière. Me dediqué a estudiar cinco años el fotoperiodismo y a la fotografía desde el punto de vista técnico, estético, semiótico y social.

Cuéntenos un poco sobre su familia que es muy conocida en Saltillo por su desarrollo intelectual.

Somos ocho hermanos de la familia Recio Dávila, somos muy de Saltillo, dos mujeres y seis hombres, todos orientados hacia al arte y las ciencias sociales.

Lo anterior a qué se debe, ¿desde niños estuvieron rodeados de libros?

Un hermano de mi papá que fue cronista de Saltillo, Sergio Recio Flores, murió a los 42 años, en 1978 y él tenía una escuela de verano para norteamericanos que venían aprender sobre historia y arqueología desde el año 61 en lo que era la Universidad Internacional que tenía una biblioteca con cerca de 8 mil volúmenes. Cuando él muere yo los heredé y de ahí mis hermanos y yo pasamos buena parte de nuestras vidas entre libros, por lo que de manera personal puedo decir que se volvió una obsesión sana y terminé por convertirme en un bibliófilo.

Entre tantas actividades que ha realizado, ¿cuál considera que es una de sus mayores pasiones?

Para mí hay varias pasiones, empezando por la fotografía y lo que tiene que ver con la imagen, al grado que me fui a estudiar a Francia a sólo unas cuadras de donde nació el cine de los hermanos Lumière y a unos kilómetros de donde nació la fotografía, por lo que esas zonas de Lyon están repletas de museos y escuelas dedicadas a este arte. Mi otra gran pasión es la ciudad de Saltillo, todo lo que tiene que ver con su historia, sus plazas y sus calles que desde muy niño me han llamado poderosamente la atención, es que desde muy chicos vivimos en una casa del siglo 19 y eso me hizo pensar mucho sobre la historia, al estar rodeado de grandes muros de adobe, cuartos oscuros, patios enormes y hasta una capilla.

¿En qué época histórica está más interesado?

En la historia del siglo 19, creo que fue una gran época donde se plantaron muchas de las bases de la modernidad.

Si tuviera una máquina del tiempo, ¿a dónde y a qué año se viajaría?

Hay dos momentos que me hubiera gustado vivir a pesar de que fueron muy conflictivos, uno es 1847 por la intervención americana y la Batalla de la Angostura, y la otra es la intervención Francesa en 1865. También me hubiera gustado estar entre 1863 y 1889, cuando llegó el ferrocarril y trastocó la dinámica de la ciudad; fue un período muy interesante y dinámico para Saltillo.

Conocedor de esta capital, ¿cuál es su lugar favorito en Saltillo?

Más que un lugar en particular, se trata de una calle, la de Bravo porque es un espacio que me hace sentir de una manera particular y me transporta en el tiempo a una época de mi vida muy entrañable.

Debido a su preparación y trabajo como docente le toca viajar mucho, ¿cómo cree que estas experiencias le han servido?

Bueno, he ido a Europa, Corea, América del Sur, Estados Unidos, y la mayoría de los viajes me han hecho valorar mucho a Saltillo, el hecho de vivir aquí y reconocer su riqueza, sus montañas y su clima, además de la amabilidad de su gente. De igual forma, los viajes me han permitido ser muy tolerante para abrir mis horizontes hacia la gente, la comida y los climas distintos, por lo que sólo puedo reietrar que me han hecho valorar más a Saltillo.

Desde su punto de vista, ¿cuál considera que es el legado histórico qie deja una ciudad como Saltillo a todo México?

De entrada son muchos personajes del mundo intelectual y del arte, como Manuel Acuña, Vito Alessio Robles, Carlos Pereyra y Artemio de Valle Arizpe. Además, uno de los aspectos más importantes de Saltillo son sus instituciones educativas emblemáticas, por cierto, aquí se prepararon grandes personajes de la historia nacional, como Venustiano Carranza y Francisco I. Madero.

Por su trabajo de largo tiempo al frente de un aula con estudiantes, ¿qué consejo les ofrece a las nuevas generaciones, sobre todo en esta época de millennials?

Yo creo que lo más importantes es siempre mantener un espíritu de tolerancia, hay que estar abiertos a los cambios y trabajar duro para disfrutar la vida, sin tener que perderse por acumular objetos, recursos o dinero. Lo más importante creo que es eso, el espíritu de tolerancia y que nunca pierdan los jóvenes la curiosidad por aprender.