De cada cinco asaltos que se reportan en la capital coahuilense, tan sólo dos delincuentes son detenidos por la Policía Municipal, así lo informó la coordinadora de la Unidad Especializada de la Policía en la Atención de la Violencia Familiar (Unepavif), Patricia Moreno.
Pese a estas estadísticas, la funcionaria defendió la implementación de los botones de pánico, aun cuando los afectados lo han calificado como un fracaso. Moreno Domínguez señaló que semanalmente se atienden 15 reportes de robo a partir de la activación del botón de pánico.
Las épocas del año que tienen mayor cantidad de incidentes son en agosto y diciembre, pues los casos de asaltos a comercio aumentan hasta en 300 por ciento semanalmente, precisó.
La coordinadora policial dio a conocer que este año se ofrecieron varias pláticas de capacitación a las personas dependientes de los comercios, pues durante el año pasado, el personal de los negocios le dio un mal manejo a los botones de pánico.
“Del total de las activaciones, sólo dos por ciento eran reales, la gente los activaba si veían algo sospechoso”, comentó la funcionaria, quien con su declaración demeritó la prevención del delito.
Mencionó que otro error en el manejo del dispositivo era que personas nuevas en el establecimiento, al no saber el uso del botón, lo activaban y generaban una movilización de la policía, aunque esto se logró reducir 80 por ciento, a partir de la capacitación que brindó el municipio para reducir el mal uso del dispositivo y dar una mejor respuesta a emergencias verdaderas.
Presume respuesta
A pesar de las quejas del sector productivo, la estrategia de respuesta rápida de los botones de pánico a establecimientos que son víctimas de un robo funciona de buena forma, defendió Moreno Domínguez. Señaló que la corporación se divide en siete delegaciones para tener una respuesta rápida a los lugares en donde se haya activado el dispositivo.
“Hay siete delegaciones. Cada patrulla tiene su zona asignada para que de manera inmediata se trasladen al lugar donde ha sido activado el botón de pánico. Si éste se accionó en un lugar cercano a oficiales de otra zona, se pide permiso para atender el llamado”, detalló.
Moreno Domínguez declaró lo anterior, pese a las constantes quejas de los comerciantes, que acusan la lentitud de la corporación policiaca, pues el tiempo de respuesta triplica la promesa de los cuerpos de seguridad.
Por último, la coordinadora de la corporación invitó a los comerciantes y dependientes de los mismos, a confiar en el botón de pánico y aseguró que pese a que no hay difusión, se ha logrado la detención de varios delincuentes, aunque aceptó que no se logró detener todos los asaltantes que atacan establecimientos.
Callejón sin salida
Además de los botones de pánico instalados en los comercios, la iniciativa privada tiene otras opciones para pedir que se atienda una situación de peligro, como asaltos o emergencias médicas.
Una de ellas es el número de emergencia nacional 911; sin embargo, la efectividad de este sistema está en entredicho, pues existe un sinnúmero de reportes que no son atendidos, por lo que este servicio también es defectuoso, lamentó el presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Coahuila, Héctor Horacio Dávila.
De acuerdo con la Secretaría de Gobierno local, el problema principal del 911 radica en que hay poco personal, debido a que el número de aspirantes que pasan los exámenes de confianza es muy bajo.
El líder hotelero mencionó además que el pago que reciben las operadoras es malo, lo que inhibe la demanda por este trabajo.
Acusó que el sistema tiene problemas incluso para tomar la llamada y que pueden pasar hasta dos horas entre el inicio del reporte de la emergencia y la llegada de las autoridades o las unidades de auxilio al sitio donde se generó la urgencia.