Cambian aulas por camas de hospital

Saltillo, Coahuila / 17 Mayo 2018

Por: David González

Foto: Mario González

En lugar de un pizarrón, hay un monitor del ritmo cardiaco y en lugar de un lápiz en la mano, tiene un catéter en sus venas y como pupitre, está la cama de un hospital, que tan pronto termina la revisión médica, entran las maestras a enseñar las letras al pequeño Dany, quien desde que inició el ciclo escolar, permanece encamado por un tumor que impidió que acudiera a la escuela.

Ahí, en uno de los centros hospitalarios del gobierno estatal, conocido como Hospital del Niño, en Saltillo, igual que Dany; cientos de niños que terminan en observación, reciben clases de maestras de la Secretaría de Educación quienes hacen a un lado el instrumental médico para dar cabida a los libros y los cuadernos en esos pequeños espacios impregnados del olor a torundas de alcohol que hace olvidar aquellos días de escuela con olor a crayolas y gises de colores.

Las aulas se instalan de manera simbólica dentro de la sala de urgencias, como en el área de espera de algunos hospitales públicos donde tienen atención pediátrica que en este caso, en la capital, como en Torreón, están en la clínica del ISSSTE y el IMSS.

Ahí más de mil niños reciben la instrucción preescolar o primaria desde la cama de un hospital o en la sala de espera de un centro médico; gracias al esfuerzo de un grupo de docentes que convierte las áreas de terapia o de urgencias, en aulas interactivas para que los niños no se rezaguen.

Julia Echavarría Ávila es una de las 15 maestras que están dentro del programa “Sigamos Aprendiendo desde el Hospital” y que están distribuidas en los centros de atención médica pediátrica del hospital de zona número 1 del IMSS, del ISSSTE y el Hospital del Niño.

Junto a ellos se cuenta además con un grupo de psicólogos, pedagogas y maestras de comunicación y arte que imparten las materias de acuerdo a la edad y el nivel que cursan los niños que tienen que quedarse encamados por alguna enfermedad.

Julia, con tres años en la docencia intrahospitalaria, se dijo satisfecha por esta labor en donde alumno y maestro demuestran que para querer aprender el lugar no importa.

Ante la imposibilidad de entrar en la sala de observación donde están los pequeños estudiantes, la profesora platicó de algunos casos que le han llegado al corazón donde desafortunadamente algunos no alcanzan a regresar a las aulas y otros más salen contentos y sin ningún rezago en sus materias.

Dijo que lo más difícil es enseñar a un niño con cáncer terminal, donde al entrar al área de oncología infantil, cada esfuerzo que hace el pequeño por aprender deja una lección en los maestros que tienen toda la vida por delante.

“Con Sigamos Aprendiendo en el Hospital, brindamos atención a los niños que están hospitalizados para evitar el rezago educativo y adentro tenemos la escuelita en la que atendemos a todos los niños que están internados”, platicó.

Dijo que las clases varían de caso en caso, pues aunque hay niños que sólo están horas o días, los pequeños que padecen de algún tumor son quienes pasan la mayor parte del tiempo en cama pero con unas grandes esperanzas por sanar y aprender.

No conformes con el esfuerzo de enseñar dentro de las áreas de cuidados intensivos, las maestras instalan mañana y tarde pequeñas mesas que habilitan como pupitres para compartir y seguir el plan educativo a los hermanitos de los internados que también pasan muchas horas en los hospitales.

“Aquí en el área de consulta externa se implementó esto para que los niños reciban instrucción en lo que esperan y realicen alguna actividad acorde a lo que es su nivel educativo”, indicó.

Este programa atiende tan sólo en Saltillo a mil niños en el ciclo escolar, mientras que el mismo modelo se replica en Torreón.

El programa ya tiene 10 años en funciones y en cada lección del libro y cada línea aprendida, se pude conocer que sólo se estudia y se vive una vez para el caso de los miles de niños hospitalizados que no han perdido hasta ahora ni una sola clase del ciclo escolar.