Andrea, hace tres meses vive en la Ciudad de México
“Estaba en un piso 13 en la Colonia Roma, justo unas horas antes hicimos un simulacro de sismo en el cual la indicación era bajar y -medir el tiempo que nos tardábamos en llegar a PB (Planta Baja)- que a mí me parecía inservible ya que era evidente que no podríamos bajar en caso de un sismo real.
Aproximadamente a la 1:30 de la tarde empezó a temblar, todos empezaron a gritar “¡Está temblando! Y es muy fuerte” nos paramos a un muro que creíamos segura pero nadie se sostuvo de pie. El movimiento del edificio nos dejó tirados en el piso a las 15 personas que estábamos en las oficinas, llorando al pensar que en cualquier momento iba a colapsar. Si no te sostenías de algo, el movimiento te movía de un lado a otro. Yo me mantuve serena y sosteniéndome fuerte de una compañera que estaba gritando de la angustia. Fueron los minutos más largos de mi vida.
Al siguiente día no había ni un alma quieta, todos con la intención de ayudar, somos un país de gente bien entregada y que ante la adversidad vamos con la humanidad por delante. Si quieren ayudar, manden herramientas (palas, cascos, chalecos, lentes, guantes) eso es lo que más se necesita. De víveres hay suficiente en CDMX
Denis, hace 6 años viviendo en la Ciudad de México
“Iba manejando al colegio por mi hija, escuché la alerta hasta después. La gente salía de los edificios con crisis de pánico. Se detuvo el flujo vehicular y entonces volví a sentir el movimiento como si me fueran a voltear el carro. Empezamos a avanzar pero todo tronaba. Caían vidrios, un transformador, cables, ramas y pedazos de concreto por todas partes. Me estacioné y corrí al colegio. Muchos familiares ya estaban ahí, también con crisis de pánico. Cuándo estuve con mi hija, sentí que otra vez era yo. Al regreso, muchos voluntarios empezaron a dirigir la vialidad. Otros, trataban de calmar a los que no podían hacerlo por sí. Aunque el caos fue mayor, todos nos empezamos a organizar y la ciudad se movía mejor. Después empiezas a conocer los daños y cuando ya te aseguraste de que tus seres queridos están bien, estar bien deja de ser suficiente y quieres ayudar. Haciendo llamadas, compartiendo información de utilidad, controlando a otros… Todos adoptamos un rol, el que mejor nos quede y es cuando te das cuenta que no estás solo en esta enorme y monstruosa ciudad. Te devuelven la fe en la gente. A los laguneros les pido que sigan apoyando, especialmente a los topos y cruz roja. Qué no tengan miedo de escribir un mensajito de aliento en los víveres. Sí los leemos y nos motivan a todos. Hoy leí uno de una caja que decía “TORREÓN” El mensaje decía: “¡ánimo, Laguneros! ¡Somos más chingones en la adversidad que en el desierto y ya lo vencimos! ¡Somos Guerreros!”
Damían, estando en la Ciudad de Torreón
“Soy diseñador de joyería y actualmente dirijo la Escuela de Joyería del Tec de Monterrey y me encontraba en la ciudad de México porque estoy formando parte de una asociación de diseñadores de joyería además de visitar a mi mamá que últimamente está un poco delicada de salud por un problema de tiroides y baja en glóbulos blancos. Yo están en DF desde el 12 de septiembre haya el 18 de septiembre y regrese a Torreón justo en el vuelo de las 9 de la noche con arribó a las 11:15 me regrese muy inquieto […]El día que me regresaba por la tarde le dije a mi hermana quien se está encargando de verla que por favor le recordadará a mi mamá que se iba a desarrollar el simulacro para que no se asustara así que todo parecía transcurrir en aparente calma hasta que a la 1 de la tarde del 19 de septiembre estaba hablando con mi hermana ella en ciudad de México y yo ya en Torreón… estamos comentando la situación y de repente escuche la alarma sísmica por el teléfono y mi hermana gritando mi mamá corre por mi mamá!!! Y yo le dije me escuchas!!!¿¿ Esta temblando?? Pero ella no me puedo responder y en eso se fue la señal telefónica por lo que todo lo que te comento no se me quita de la cabeza la alarma y los gritos de mi hermana esto fue como a la 1:14pm del 19 de septiembre a las 2pm me pude contactar con mi hermana Karina quien nos alarmó pues comentó que el hospital de la delegación Benito Juárez donde estaba mi mamá tenía una zona colapsada y eso nos angustio mucho. Tardamos en encontrar a mi mamá y hermana Viridiana hasta las 6pm que pudieron llegar a casa porque toda la ciudad estaba colapsada sin luz sin semáforos y edificios completamente abajo
Efectivamente cuando salieron la zona donde estaba mi mamá se colapsó el inmueble de la clínica de los Venados tiene fracturas y a los pacientes “menos graves” los saco y le dio prioridad a los heridos por esa razón mi mamá ya estaba en casa así es como yo viví el terremoto y aún lo sigo viviendo desde Torreón por la situación de tener a mi familia en DF”