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28 de abril de 2025
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Así jugaban los niños antes de la era digital

Así jugaban los niños antes de la era digital
  • abril 28, 2025
Leslie Delgado
Fotos: Leslie Delgado
En un mundo donde los celulares y videojuegos se han convertido en el principal pasatiempo de niños y adolescentes, resulta difícil imaginar una infancia sin pantallas. Sin embargo, durante más de un siglo, los juegos al aire libre, los juguetes artesanales y las actividades comunitarias formaron parte esencial del crecimiento de generaciones en Saltillo.
Quién diría que los juegos vas más allá del entretenimiento, pues de acuerdo al historiador y doctor investigador, Carlos Recio también reflejaban el contexto histórico, social y cultural de cada época.
Cuando jugar era vivir en comunidad
Antes de la tecnología, los niños encontraban diversión en su entorno inmediato. En el siglo 19, la infancia transcurría entre huertas, corrales y solares compartidos.
“Los niños lazaban a los cabritos como sus padres al ganado”, señaló el historiador. En una ciudad pequeña y rural, el juego también era una forma de aprendizaje: se imitaba la vida adulta y se reforzaban los lazos familiares.
La revolución industrial también cambió el juego
Con la llegada de las máquinas y el nuevo orden económico a finales del siglo 19, se transformó el ritmo de vida, y con él, el tiempo libre. Así nació el deporte organizado. El béisbol, el fútbol y el básquetbol comenzaron a practicarse primero entre adultos, y luego entre los niños.
Cantar, correr y convivir: los juegos sin pantalla
Durante las décadas de los 40 a los 60, la tradición oral transmitía juegos colectivos como la rueda de san Miguel, las escondidas, los quemados o la ronda. Juegos que involucraban canto, memoria y movimiento, sin la intervención de aparatos. En los patios escolares también se practicaban juegos de fuerza como ahí va la bala, donde los niños se organizaban en equipos y se enfrentaban físicamente hasta lograr derribar al otro grupo.
Juguetes con historia (y con ideología)
En los años 60 y 70, comenzaron a aparecer juguetes influenciados por el contexto geopolítico. Los soldaditos de plástico reproducían la narrativa de la Guerra Fría: figuras americanas en poses heroicas y figuras rusas o chinas en actitudes de derrota. También se popularizaron los juegos de indios y vaqueros, marcados por la visión cinematográfica de Hollywood.
A pesar de la influencia externa, los juguetes hechos a mano siguieron teniendo presencia. Carritos con tubos de cartón, avioncitos de madera, trenes con cajas de cartón y corcholatas eran parte del repertorio lúdico de muchos niños. La creatividad reemplazaba a las pilas.
Una infancia con tierra en las rodillas
La llegada del mundo digital ha desplazado muchas de estas prácticas. Las cascaritas en la calle, los trompos, las canicas y los memoramas son hoy recuerdos nostálgicos de una época en que el juego era colectivo, físico y espontáneo.
“Había más contacto físico, más imaginación, más interacción directa”, afirmó, al señalar cómo el juego moderno —mediado por pantallas— transforma la manera en que las nuevas generaciones perciben el mundo y se relacionan con los demás.
Incluso en espacios tradicionales como el Mercado Juárez, ubicado en el centro histórico de Saltillo, la compra de juguetes mexicanos se ha vuelto cada vez menos común. Actualmente, son las educadoras quienes los adquieren con fines didácticos, para que las infancias desarrollen habilidades cognitivas y de aprendizaje. Sin embargo, los padres de familia han dejado de buscarlos como opción de entretenimiento, desplazándolos en favor de dispositivos electrónicos o juguetes importados.
Rescatar la historia del juego es también recuperar las raíces de la identidad infantil. Desde los patios de tierra hasta las mesas con juegos de mesa, cada juguete y cada juego cuentan una parte de la historia de Saltillo y de sus niños. En cada época, el juego fue espejo de su tiempo, y la infancia, el escenario donde se ensayaban los sueños del futuro.
Menos pantallas, más juego: expertos alertan sobre los riesgos del exceso digital en la infancia
En una era donde las pantallas dominan el entretenimiento infantil, especialistas en salud y desarrollo infantil advierten sobre los peligros de la sobreexposición digital y promueven el retorno al juego tradicional como herramienta esencial para el crecimiento saludable de los niños.
El psicólogo y divulgador científico panameño Julio Rodríguez, en su libro Jugar por jugar, destaca que el juego libre y espontáneo es fundamental para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños. El experto critica cómo la sociedad actual ha reemplazado estas actividades por el uso excesivo de pantallas, lo que puede generar ansiedad y limitar habilidades como la creatividad y la empatía. Aboga por que los adultos adopten un rol facilitador, permitiendo un entorno seguro y rico en estímulos para el juego libre.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha actualizado sus recomendaciones sobre el uso de pantallas en niños y adolescentes, estableciendo que no existe tiempo seguro de exposición antes de los seis años. La AEP destaca que el uso excesivo de pantallas perjudica áreas como el sueño, el riesgo cardiovascular, el volumen cerebral o la alimentación, entre otros. Además, se ha demostrado una fuerte asociación entre el tiempo que los padres pasan frente a las pantallas y el de sus hijos.
Un estudio realizado por el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y del Ocio (AIJU) y la Fundación Crecer Jugando revela que más del 90% de los niños entre 4 y 12 años ya pasa más tiempo del recomendado delante de las pantallas. Los especialistas han detectado un incremento de enfermedades asociadas al uso excesivo de pantallas, como trastornos del sueño, problemas de salud mental, sobrepeso, ansiedad, estrés, déficit de atención y miopía. El estudio también destaca que el 76% de los estudiantes de Primaria se sienten más creativos cuando juegan sin pantallas y el 61% indica que son capaces de empatizar mejor y desarrollar habilidades sociales más profundas cuando participan en juegos físicos.
Estos hallazgos refuerzan la necesidad de equilibrar el uso de dispositivos digitales con actividades lúdicas tradicionales, fomentando entornos de juego y socialización libres de pantallas para promover un desarrollo integral en la infancia.
Juegos en el olvido 
  • La rueda de san Miguel
  • Las escondidas
  • Los quemados
  • La ronda
  • Ahí va la bala
  • Cascaritas de fútbol
  • Trompo
  • Balero