Animales callejeros, el “transporte” de la rabia

Martín Cabello, de 53 años, recuerda la vez que saliendo a comprar tortillas fue atacado por una jauría, en el barrio del Águila de Oro.

Esta situación lo llevó no sólo a pasar el susto de su vida y desató su fobia a los caninos, pues también sufrió “una tortura”, al recibir más de una veintena de inyecciones alrededor del ombligo.

La víctima del ataque canino señaló que esta última parte era lo peor que le podía pasar a un niño, luego de ser mordido por un perro.

Nadie quería ser ni rasguñado por un perro de la calle, y menos si se pensaba que tenía rabia, pues el paciente tenía que ser llevado a un tratamiento de vacunación que consistía entre 13 y 20 inyecciones en el vientre o en la espalda.

Actualmente, las víctimas de mordeduras reciben entre tres y seis dosis, que a decir de las autoridades de salud, terminan por dejar el tratamiento después de corroborar que se mantiene en observación a la mascota y que no representa ningún peligro.

La rabia es una de las enfermedades más peligrosas y mortales, pues según la Organización Mundial de Salud (OMS), 99 por ciento de los casos de rabia fueron trasmitidos por el perro doméstico. La rabia es una enfermedad viral que se desarrolla en los animales domésticos y silvestres, y que es altamente contagiosa, pues bastan unas gotas de saliva para ser contagiado y provoca la destrucción del sistema nervioso central.

Al ser el perro la principal vía de transmisión, la Secretaría de Salud cuenta con un censo aproximado de 600 mil canes y gatos que están en los domicilios como mascotas, pero se estima que el doble está en situación de calle, ante la irresponsabilidad de sus dueños.

Esta cifra es la que alarma a las autoridades sanitarias, ya que este millón de perros, que se reproducen sin control, podría traer de nuevo la rabia a la entidad.

Tres estados con rabia

Pese a ser la zoonosis que causa más muertes en el mundo, en el país sólo tres estados todavía tienen registro de muertes por rabia en humanos.

A decir de Mario Eduardo Solís Perales, Responsable del Programa de Rabia y otras Zoonosis de la Secretaría de Salud, en lugares como Chiapas, Yucatán y Oaxaca aún se cuentan casos de rabia, mientras que en Coahuila está controlado.

El último caso de este mal en un humano fue registrado en el sistema epidemiológico de Coahuila en 1993, mientras que el último de rabia animal, fue reportado en 2004, además que por otras especies de animal salvaje se registró en 2008 en la región carbonífera.

Explicó que la enfermedad ha matado en el mundo a más de 50 mil personas, principalmente en Asia y África, pero la entidad está libre de presencia de rabia desde hace 25 años, debido al monitoreo de cerebros sospechosos de virus rábico y la vacunación preventiva que se realiza dos veces al año.

Explicó que aunque una persona contagiada tarda hasta 90 días en morir, los síntomas pueden ser más rápidos y dolorosos, si la mordida es cercana a un órgano vital.

Resaltó que los síntomas son muy desagradables, pues se presentan por etapas que afectan del mismo modo a un humano que a un animal.

La rabia furiosa se caracteriza por una hiperactividad, agresividad y miedo al agua (hidrofobia), y donde termina la víctima con un paro respiratorio.

Por su parte, la rabia paralítica deja sin movimiento a la persona o animal hasta el grado de tener en fallas orgánicas.

El especialista comentó que la enfermedad es transmitida por animales de sangre caliente, como perros y gatos, así como animales silvestres, es decir, zorros, coyotes, mapaches, entre otros.

Destacó que en México se busca cortar la cadena de la rabia desde las mascotas en casa (perros y gatos) que deben ser vacunados, ya que el principal reservorio de este virus es el perro en el que basta un rasguño o lamida para contagiar esta enfermedad.

Mascotas sin vacunar

El funcionario de salud aseguró que para este año la dependencia prevé vacunar a 390 mil animales; sin embargo, la cifra de mascotas supera los 600 mil.

Actualmente, y dadas las cifras de 2017, en la entidad sólo 270 mil mascotas están inmunizadas. El problema radica en la gran cantidad de perros en las calles.

Por ello, señaló que quien es mordido por un perro callejero es un candidato a ser tratado con profilaxis, pues no existe certeza de que los animales estén vacunados, en comparación de quien sufre mordeduras de un animal casero que tiene su cartilla en orden.

Más de 3 mil agresiones por año

En la entidad, según datos de la Secretaría de Salud ocurren hasta tres mil 500 agresiones por perros contra humanos, donde el mayor porcentaje es contra niños.

De estas mordeduras sólo 15 por ciento son tratadas como sospechosas de rabia.

Vacunas patito

El funcionario llamó a la comunidad a no dejarse engañar, pues cada vez es más común que carros con aparatos de sonido acudan a las colonias con vacunas contra la rabia de dudosa procedencia.

Explicó que la Secretaría de Salud tiene una vacuna importada de Europa y que cuenta con los más altos estándares de calidad.

Afirmó que el fármaco que usa la dependencia es perfectamente identificable, pues se trata de una ampolleta rosa, de la cual el sector salud tiene stock suficiente para la jornada de la campaña de 2018, y cada año se renueva.

Recomendó que en caso de recibir una mordedura, esta se debe lavar cuidadosamente, lo que podría evitar una infección.

Además es recomendable acudir al centro antirrábico más cercano al domicilio para recibir el tratamiento adecuado, donde se debe llevar al animal para mantenerlo en observación.

Recordó que regularmente el animal permanece en resguardo algunos días, pues una vez que se comprueba que no tiene síntomas de la enfermedad se libera y se entrega a sus propietarios.

Explicó por último que los síntomas de la presencia del virus son dolor de cabeza, vómito, fiebre, falta de apetito, para pasar a la etapa de alucinaciones, dificultad para tragar (se traba la quijada), alucinaciones, convulsiones, para terminar con una parálisis total.