Saltillo, Coahuila / 04 de Junio de 2019
Por: Redacción
La industria de la joyería, que en México genera una derrama de alrededor de 300 millones de dólares por año, hoy está contra la pared, especialmente para quienes recién incursionan en este mercado: factores como la inseguridad, la amenaza de nuevas medidas arancelarias por parte de Estados Unidos, el nivel de inflación que se espera en la economía nacional y la variación del tipo de cambio peso-dólar, han comenzado a contraer esta actividad.
“No es el mejor momento para comprar joyería y menos para producirla”, sostiene Marcelo Lara Saucedo, especialista en finanzas personales, quien sentencia: “pronto se verán los efectos en grandes ciudades como Torreón y Saltillo, en donde este negocio definitivamente va a la baja”.
El también catedrático explica que esta tendencia a la baja afecta lo mismo a la joyería fina que a la llamada bisutería, que es joyería de fantasía. “Ambos mercados están sufriendo el mismo efecto, no viven su mejor momento y lo peor está por venir”, advierte.
FACTORES ECONÓMICOS
Lara Saucedo explica que el nivel de inflación que se espera en Mexico este año, no ayudará a los precios de las piezas de oro. “El tipo de cambio dólar-peso no ayuda al tema del precio por gramo de oro, ya que éste se cotiza en dólares por ser un metal precioso”, señala y anticipa que la amenaza del presidente Donald Trump, de fijar aranceles a productos elaborados en México, plantea la posibilidad de una disminución considerable en la utilidad de quienes producen joyería.
“Los grandes productores podrían aguantar esta disminución en la utilidad, pero para quienes apenas empiezan representa prácticamente el cierre de sus pequeñas empresas”, plantea.
LA INSEGURIDAD TAMBIÉN GOLPEA ESE MERCADO
Sumado a estos factores de carácter financiero, agrega, está el de la inseguridad en las grandes ciudades: “la joyería de oro, robada, es fácil de ser cambiada por dinero rápido en casas de empeño”, afirma.
Ante este fenómeno, la gente ya no quiere comprar piezas de oro y portarlas consigo; “es un tema de oferta y demanda a la baja”, pues nadie quiere ser robado o asaltado, con riesgo incluso de perder la vida, por una joya, sea esta real o de fantasía.
Incluso, la inseguridad que ha acosado al estado en los meses recientes, habría alejado a la gente de los establecimientos en donde se vende joyería fina, ante el temor de estar ahí en el momento de un robo o asalto.
A todo esto, puntualiza, las joyas de oro ya no representan hoy en día un mecanismo de ahorro, más bien es un asunto de presunción y lujo, advierte.
“Bueno, hasta para quienes son legítimos dueños de una pieza de oro, de una joya, empeñarla ya no los ayuda a salir de un apuro económico: en cualquier casa de empeño o de compra de oro, te ofrecen cuando más, un 30 por ciento del valor comercial, -no afectivo-, de la joya y existe el riesgo de perderla si no se desempeña en los plazos leoninos que fijan estos establecimientos”, asegura.
Adicional a los abusos que cometen algunos de estos negocios, está la falta de un control estricto de la propiedad de estos bienes, lo que propicia que algunas bandas de estafadores o ladrones se coludan con los dueños de las mismas y se genere un negocio ilícito, añade.
Todos estos factores, resume Lara, “pegan” en la percepción de compra y venta de joyas de oro y más aún, en la de fantasía.
ES MEJOR INVERTIR EN OTROS RUBROS
El especialista explica también que para quienes invierten su dinero comprando joyas, la actual época no es la mejor. “Hay otros tipos de inversiones que dan mejores dividendos y con mayor certeza que las joyas”, recomienda.
Finalmente, resume: la industria de la producción y venta de joyería está por vivir una recesión importante en la que muchos se quedarán en el camino, especialmente los que empiezan.