Brasilia.- Brasil vivió hoy una jornada dramática con la suspensión de Dilma Rousseff como mandataria y su salida, a pie, del palacio presidencial, mientras que Michel Temer asumió la jefatura del Estado y anunció los nombres de sus ministros.
Rousseff, apartada del poder horas antes por decisión del Senado de iniciar un juicio político contra ella, compareció ante la prensa en el Palacio del Planalto, de donde salió a pie y prometiendo “lucha” para volver al poder, mientras era arropada por cientos de simpatizantes.
“Puedo haber cometido errores, pero no cometí crímenes”, dijo la mandataria, acompañada por su gabinete, por diputados, senadores y por el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva quien, sin embargo, se mantuvo en un calculado segundo plano durante todo el evento.
“Estoy siendo juzgada injustamente por haber hecho lo que la ley me autorizaba hacer”, dijo Rousseff, vestida de blanco.
Admitió sufrir “el dolor innombrable de la injusticia”, y prometió que “jamás desistiré de luchar”.
“Ya sufrí el dolor invisible de la tortura y ahora sufro una vez más el dolor igualmente innombrable de la injusticia. Lo que más duele en este momento es la injusticia”, aseveró, Rousseff al recordar su pasado como activista torturada durante la dictadura militar.
Minutos después, acompañada por la plana mayor de su gobierno, salió caminado del Planalto y pronunció un discurso ante cientos de personas congregadas a las puertas del palacio presidencial en el que insistió que es víctima de un “golpe” para deponerla del poder sin el aval de las urnas.
La escena de la presidenta saludando a los manifestantes, supone el que podría ser el principio del fin de Rousseff como primera mujer presidenta de Brasil.
Minutos después, Lula da Silva también salió a pie del Palacio del Planalto, pero sin hacer declaraciones.
Ahora la mandataria –suspendida del cargo por 180 días- será juzgada por el Senado por un supuesto “crimen de responsabilidad” en el manejo de las cuentas públicas de 2014 y 2015, períodos en los que habría usado artimañas contables para encuadrar gastos e ingresos.
Si dos tercios de los 81 senadores (54) votan a favor de deponerla, perderá el mandato definitivamente y el Partido de los Trabajadores (PT) abandonará el poder en Brasil por primera vez en 13 años.
Tan pronto como Rousseff firmó la notificación del Senado que la informaba de su suspensión, su hasta entonces vicepresidente, Michel Temer, asumió de forma interina la presidencia, aunque en Brasil la percepción de analistas y expertos es que dirigirá el país hasta 2018.
Este abogado constitucionalista, de 75 años y vicepresidente de Rousseff desde el 1 de enero de 2011, anunció sus 21 ministros, todos ellos ocupados por hombres de carácter conservador.
Destacan como ministros “fuertes” del nuevo Ejecutivo el titular de Exteriores, José Serra, ex alcalde y ex gobernador de Sao Paulo que perdió dos elecciones presidenciales como candidato del liberal Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
El ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, banquero de amplia experiencia que ya dirigió el Banco Central de Brasil bajo los dos mandatos de Lula da Silva.
Temer tiene previsto comparecer ante la prensa durante este jueves para hacer un pronunciamiento a la nación como presidente interino.
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