Por: AP
El presidente Enrique Peña Nieto puso a disposición de Guatemala las capacidades del Gobierno de México en materia de protección civil para el auxilio a la población que resultó afectada por la erupción del Volcán de Fuego.
Dicha asistencia la ofreció el mandatario mexicano a su homólogo de esa nación, Jimmy Morales, con quien sostuvo una conversación telefónica para ofrecerle la ayuda para el rescate de los ciudadanos guatemaltecos afectados por dicho fenómeno el domingo.
Peña Nieto manifestó todo su apoyo y solidaridad al presidente de Guatemala por la pérdida de vidas, al tiempo que le ofreció asistencia para enfrentar la contingencia.
La Presidencia de la República informó que Jimmy Morales agradeció la llamada del presidente Peña Nieto y expresó que el pueblo y el Gobierno de esa nación valoran mucho el ofrecimiento del Gobierno mexicano.
Ambos mandatarios acordaron mantener estrecha comunicación para realizar las acciones necesarias a fin de apoyar al pueblo guatemalteco durante esta contingencia.
De entre los restos quemados de viviendas que dejó la violenta erupción, rescatistas lograron sacar a unos cuantos sobrevivientes y varios cadáveres, y aunque las autoridades contabilizaban hasta ayer 65 fallecidos, advirtieron que la cifra podría incrementarse debido a que en algunos caseríos la gente tuvo poco o nada de tiempo para huir.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), según datos preliminares, contabilizó casi dos millones de personas afectadas por la violencia de la erupción volcánica, así como 46 heridos, tres mil 265 desalojados de zonas de riesgo y unos dos mil damnificados en albergues.
Con palas y maquinaria pesada, los rescatistas buscaban entre los escombros y el lodo un día después de la erupción y en un terreno todavía tan caliente que podía fundir las suelas de los zapatos.
Los rescatistas, además, se vieron obligados a usar mazos para romper techos de casas enterradas entre los escombros para intentar ver si había alguien atrapado. Y cada que lograban levantar o atravesar un techo, surgía un vapor espeso.
Los cuerpos localizados estaban tan cubiertos con ceniza que parecían estatuas. Fanuel García, director del Instituto Nacional de Ciencia Forense, dijo que 62 cuerpos fueron recuperados en dos comunidades, aunque sólo habían logrado identificar a 13 de ellos.
“Nos está costando mucho identificarlos porque algunos de los fallecidos perdieron sus facciones o huellas digitales” por los flujos ardientes que salieron del volcán, dijo. “Vamos a tener que recurrir a otros métodos antropológicos y, si es posible, tomar muestras de ADN para identificarlos”.
El volcán ubicado al oeste de la Ciudad de Guatemala envió nubes de ceniza caliente, mezclada con agua y escombros, que bloquearon las carreteras y dejaron varias viviendas en llamas. Según los expertos la explosión fue la más violenta en 40 años.
El flujo piroclástico, una mezcla de agua y lodo hirviendo que bajaba del volcán, y el humo tóxico que lo precedía, eran letales.
Hilda López relató que el barro volcánico arrasó su pueblo de San Miguel Los Lotes, justo debajo de los flancos de la montaña. Dijo que todavía no sabe dónde están su madre y su hermana.
“Estábamos en una fiesta, celebrando la llegada de un bebé, cuando una vecina nos llamó a gritos para que fuéramos a ver que la lava ya venía. No le creímos y cuando salimos a ver el lodo caliente ya venía bajando por la calle”, dijo López.
“Allá se quedó mi mamá, no pudo salir”, añadió la mujer.
A Joel González, el esposo de López, también le falta su padre. “Se quedó enterrado allá, en la casa”. Al parecer el hombre no pudo salir de la vivienda que quedó en el camino de uno de los ríos de flujo piroclástico, como es posible que haya ocurrido con muchas personas más.