REDACCIÓN.
Los manifestantes del país asiático salieron este lunes, equipados con cascos y escudos improvisados como consecuencia del rechazo al golpe militar. Las calles de la capital del estado de Kachin se llenaron de ciudadanos desconformes y agentes de la policía.
Ante tales hechos una monja católica se interpuso entré los oficiales, quienes han combatido las movilizaciones con el uso de armas de munición, cañones de agua, gas lacrimógeno y balas de goma, provocando decenas de muertos.
La escena de la religiosa con hábito blanco arrodillada frente a los agentes antimotines se viralizó y logró obtener multitud de mensajes de apoyo al país budista.
“Me arrodillé rogándoles que no dispararan ni torturaran a los niños, pero que me dispararan y mataran a mí en su lugar”, contó a AFP la hermana Ann Rose Nu Tawng, de 45 años.