Por Luis Jaime Acosta y Julia Symmes Cobb
BOGOTÁ, 10 sep (Reuters) – Cientos de manifestantes salieron el jueves a las calles de la capital colombiana por segunda noche para continuar las protestas contra la brutalidad policial en medio de actos de violencia en los que al menos nueve personas han muerto hasta el momento.
Los manifestantes protestan por la muerte de Javier Ordóñez, de 46 años, quien recibió repetidas descargas eléctricas de dos policías con una pistola paralizante, un incidente que quedó grabado en un video.
Unos 300 manifestantes se reunieron de nuevo el jueves por la tarde frente a una estación policial de Villa Luz, donde los policías llevaron a Ordóñez antes de su muerte en una clínica y que el miércoles había sido atacada y destruida parcialmente.
“¿A cuántos van a matar hoy?”, gritó la barista Alejandra Pulido, de 25 años. “¡Nos vienen matando la autoridad que nos debe proteger!”.
“¡Cerdos, cerdos, cerdos!” coreó la multitud, mientras los policías con escudos antidisturbios se paraban frente a una imagen de la Virgen María.
Algunos manifestantes lanzaron piedras a los policías reunidos, mientras otros pintaron grafitis en sus escudos antidisturbios.
Desde que comenzaron las protestas el miércoles en Bogotá y en la vecina ciudad de Soacha, al menos nueve personas han muerto, mientras que cientos de civiles y policías resultaron heridos.
En medio de los disturbios 56 instalaciones policiales fueron atacadas, incluidas 22 que quedaron destruidas al ser incendiadas por los manifestantes, dijo el director encargado de la Policía Nacional, general Gustavo Moreno.
Adicionalmente, hubo 77 ataques a vehículos de servicio público, 22 de los cuales fueron incendiados en medio de las 26 protestas que se extendieron a otras ciudades como Medellín y Cali, precisó Moreno, quien reportó la captura de 70 personas.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, acusó a la policía de utilizar indiscriminadamente sus armas de fuego en medio de las protestas y pidió al presidente Iván Duque prohibir el uso de armamento durante las manifestaciones.
“Lo que ocurrió ayer fue un ataque indiscriminado, desproporcionado, absolutamente injustificado por parte de algunos miembros de la policía contra los ciudadanos de Bogotá, en particular contra jóvenes de nuestra ciudad”, dijo López.
La alcaldesa afirmó que las siete personas que murieron en Bogotá, incluido un joven de 17 años, tenían heridas por armas de fuego, al igual que otras 66 personas que ingresaron a diferentes hospitales.
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CLAMOR DE JUSTICIA Y LLAMADO A LA CALMA
La funcionaria pidió a los habitantes de la cuidad estar en sus casas a más tardar a las siete de la noche y abstenerse de participar en actos de vandalismo.
Sin embargo, al acercarse las siete, los manifestantes lanzaron piedras y botellas a la policía, atacaron las ventanas de la estación policial y provocaron un pequeño incendio.
La policía respondió con gases lacrimógenos y granadas de fogonazo, obligando a los manifestantes a correr.
López comparó los disturbios con los peores días del violento conflicto armado en Colombia.
La policía dijo que las muertes de los civiles durante las protestas están bajo investigación.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, ofreció recompensas de hasta 50 millones de pesos (13.450 dólares), por información que permita identificar y capturar a los implicados en los actos de vandalismo y las muertes.
“Aquí lo que estamos es frente a un acto masivo de vandalismo y de violencia”, dijo Trujillo en una conferencia de prensa.
Los dos policías involucrados en la muerte de Ordóñez fueron suspendidos de sus cargos a la espera de las investigaciones en las que deberán afrontar su responsabilidad en forma individual, reiteró el Gobierno.
La policía dijo que Ordóñez, padre de dos hijos, estaba consumiendo licor en una calle del occidente de Bogotá con algunos amigos, en una violación de las normas de distanciamiento vigentes para contener la expansión del coronavirus.
El video, grabado por un amigo, lo muestra en el suelo sujetado por dos policías y sometido a sucesivas descargas eléctricas mientras suplica “Por favor, no más”.
Ordóñez fue llevado a la estación de la policía del barrio Villa Luz donde su familia alega que fue sometido a más abusos. Después murió en una clínica a donde fue trasladado.
“La policía ha venido diciendo que es un proceso policiaco, pero a él lo asesinaron los policías, por eso lo único que nosotros queremos es justicia”, dijo a Reuters Eliana Marcela Garzón, cuñada de la víctima, al tiempo que rechazó los actos de vandalismo durante las protestas por la muerte de su familiar.
La policía de Bogotá fue reforzada con 1.600 efectivos, más de la mitad de los cuales vendrán de otras regiones, y 300 soldados, dijo el ministro Trujillo.
El presidente Duque lamentó las muertes, los disturbios, hizo un llamado a la calma y aseguró que no habrá tolerancia con los abusos de autoridad.
Un esfuerzo de los sindicatos a principios de esta semana para revivir las protestas masivas del año pasado contra las políticas económicas y sociales del presidente Duque obtuvo un moderado apoyo en medio de las actuales restricciones por la pandemia de coronavirus.
Pero la muerte de Ordóñez podría alimentar la indignación generalizada contra la policía, duramente criticada el año pasado después de que un adolescente que protestaba murió tras ser herido con un proyectil de gas lacrimógeno disparado por un oficial de una unidad antidisturbios.
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(Reporte de Luis Jaime Acosta y Julia Symmes Cobb. Reporte adicional de Javien Andrés Rojas. Editado por Gabriela Donoso y Rodrigo Charme)