El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ofreció ayuda a las víctimas del terremoto de 7.3 grados en la escala de Richter que sacudió hace tres días la frontera iraní-iraquí, dejando más de 530 muertos y casi 10 mil heridos.
Tras insistir en que Israel no “pelea con el pueblo iraní, sólo con los regímenes que los mantienen como rehenes”, Netanyahu instruyó a la Cruz Roja que transfiera ayuda humanitaria a las víctimas iraníes e iraquíes del devastador sismo, publicó el diario local Yedioth Ahronoth.
“He dicho muchas veces que (Israel) no tiene una disputa con el pueblo iraní, la disputa es sólo con el régimen tiránico que les tiene secuestrados y amenaza con nuestra destrucción. Nuestra humanidad es más grande que nuestro odio”, resaltó el jefe del gobierno israelí.
“He visto imágenes de la destrucción en Irán e Irak tras el terremoto del domingo pasado. Vi imágenes desgarradoras de hombres, mujeres y niños sepultados bajo los escombros”, dijo Netanyahu durante una videoconferencia a la Federación Judía de América del Norte.
Un sismo de 7.3 grados azotó la noche del domingo la frontera entre Irán e Irak, especialmente la provincia iraní de Kermanshah, dejando al menos 432 muertos y casi 10 mil heridos, además de dañar más de 30 mil casas y destruir otras 12 mil, según la Oficina de Gestión de Desastres de la república islámica.
Este miércoles, las autoridades iraníes rebajaron a 432 el número de muertos en el país a causa del terremoto, horas después de que un funcionario provincial diera cuenta que la cifra de fallecidos había ascendido hasta 530.
“Hasta ahora hemos emitido 432 certificados de defunción, pero se calcula que entre 100 y 150 personas han sido enterradas sin permiso en las zonas afectadas, lo que elevaría a entre 530 y 580 los muertos en Kermanshah”, dijo un funcionario del gobierno central.
Este miércoles, el presidente iraní, Hasán Rohani, prometió ayuda económica a los miles de damnificados y castigar a aquellos que se descubra que no cumplieron con los permisos de construcción.
En una reunión de su gabinete, Rohaní afirmó que la facilidad con la que muchos edificios públicos colapsaron en el terremoto es una muestra de las prácticas corruptas que sucedieron cuando se edificaron esas construcciones.
“EL hecho de que una casa construida por gente normal en la región de Sarpol-e Zahab haya permanecido en pie mientras enfrente un edificio construido por el gobierno se cayó es un signo de corrupción. Está claro que ha habido corrupción en los contratos de construcción”, señaló.
El terremoto, que azotó anoche la provincia de Kermanshah, en el oeste de Irán y fronteriza con Irak, también fue sentido Turquía, Kuwait, Armenia, Jordania, Líbano, Arabia Saudita, Qatar y Bahrein, aunque sin reportes de víctimas ni daños materiales.
Irán e Irak están situados sobre varias falles tectónicas por lo que son relativamente frecuentes los sismos, como el de 2003 en la ciudad de Bam, en el sureste del territorio iraní que dejó al menos 31 mil muertos.