Italia y Libia están torturando a los migrantes. El acuerdo de ambos países para impedir que los migrantes lleguen a territorio europeo se enfrenta a una demanda por violar los derechos humanos de personas que intentan cruzar el Mediterráneo. Entre las imputaciones se incluyen tortura y esclavitud.
De acuerdo a la demanda, presentada ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), el tratado de Italia y Libia promueve que los guardacostas libios detengan a barcos de migrantes y lleven a miles de personas a Libia contra su voluntad.
Durante las detenciones, los agentes que son “subcontratados” por el gobierno italiano someten a los migrantes a condiciones inhumanas, los golpean y los hacen pasar hambre.
La demanda se basa en el testimonio de 17 personas nigerianas que sobrevivieron a un naufragio y fueron llevados de vuelta a Libia. Esta denuncia fue presentada por la organización británica Global Legal Action Network (GLAN) y la Asociación de Estudios Jurídicos sobre Inmigración.
El recurso legal se centra en un incidente ocurrido el 6 de noviembre de 2017, cuando los guardacostas libios presuntamente obstaculizaron los intentos del barco de una organización de rescatar a 130 migrantes de una zodiac que se hundía.
Murieron 20 personas y quienes sobrevivieron fueron llevados a Libia. Según la carpeta de investigación, en el país africano los detuvieron y sometieron a violencia extrema y un tratamiento inhumano. Dos sobrevivientes fueron “vendidos” y electrocutados.
“Las autoridades italianas están subcontratando a Libia, lo que les está prohibido hacer, y están incumpliendo sus obligaciones de derechos humanos. Ponen vidas en riesgo y exponen a los migrantes a formas extremas de malos tratos”
Seis mil 731 migrantes llegaron al país europeo en 2018, un 84 por ciento menos que en 2017 y un 78 por ciento menos que el año anterior, según cifras del Ministerio del Interior italiano
En los últimos meses se han ampliado los programas de retorno voluntario asistido para personas migrantes atrapadas en Libia: 19 mil 370 fueron devueltas a sus países de origen en 2017, según la organización internacional.
El actual acuerdo entre Italia y Libia provoca varios enfrentamientos entre las autoridades libias y las organizaciones no gubernamentales que rescatan migrantes en el Mediterráneo.
Una de las confrontaciones entre guardias y rescatistas recientes fue cuando las autoridades libias supuestamente amenazaron con matar a los voluntarios a bordo del buque de rescate de la organización Open Arms. Les exigían entregar a los migrantes rescatados, sin embargo, la tripulación se negó y cuando el barco llegó a Sicilia la policía italiana lo estaba esperando.
Por otra parte, diez migrantes recién llegados a Italia a través de Libia dijeron al periódico británico The Guardian que los habían sometido a torturas y trabajos forzosos. Un hombre también dijo que lo habían quemado después de tenerlo preso durante dos años.
“Libia es el peor lugar del mundo si eres un africano negro. Automáticamente te consideran esclavo”, afirmó Ibrahim Diallo, gambiano de 20 años. “Hay ciudades como Sabha o Zawiyah que están hechas para esclavos, prisiones y campos de detención uno tras otro. Prefiero morir antes que volver a Libia”, finalizó el migrante.
Charles Heller, cofundador del proyecto Oceanografía forense, dijo que su organización ha analizado dieciséis episodios diferentes en los que Italia, con el apoyo de la Unión Europea, ha coordinado y dirigido el servicio de guardacostas de Libia para regresar migrantes a Libia.
“Los regresan a Libia a pesar de las violaciones de derechos humanos bien documentadas que pueden enfrentar ahí”
Itamar Mann, otro asesor legal de GLAN, agregó que los activistas y organizaciones civiles esperan que este nuevo caso provoque que se elimine el acuerdo entre Libia e Italia, tal como se hizo hace seis años.
Italia perdió en 2012 un caso vinculado a su política migratoria. El tribunal declaró ese año a Italia como culpable de haber violado la legislación internacional y por haber devuelto a Libia a 24 personas interceptadas en aguas internacionales. Esta decisión judicial obligó al país europeo a revisar sus operaciones migratorias en el Mediterráneo.
El acuerdo firmado por los gobiernos de ambos países el 2 de febrero de 2017 establece que Italia colaborará con las fuerzas militares y de control de fronteras de Libia. La intención de este tratado es “atajar la afluencia de migrantes ilegales” y por lo tanto impide a las personas migrantes y refugiadas llegar a Europa.
Al día siguiente de su firma, este acuerdo fue refrendado por los dirigentes europeos en la Declaración de Malta. Desde entonces, el gobierno italiano y la Unión Europea han proporcionado a la guardia costera libia barcos y formación para devolver automáticamente a los refugiados y migrantes que intentan llegar a Europa por mar.