Dilma Rousseff ofreció una conferencia de prensa tras ser notificada, oficialmente, por el Senado de que sería suspendida de su cargo como presidenta de Brasil por 180 días para iniciar un juicio político en su contra.
Rousseff afirmó que durante su mandato cometió errores, pero no crímenes e insistió en que el proceso en su contra se trata de un golpe de estado de parte de la oposición “que pretende ganar una fuerza que no han ganado”.
La presidenta, suspendida, afirmó que la acusan de un crimen falso y reiteró que todo lo que hizo fue legal. “Actos que han hecho presidentes antes que yo no fueron considerados un crimen en ese entonces, no son considerados un crimen ahora”, aseguró.
Rousseff finalizó diciendo que el golpe tiene el objetivo de impedir la ejecución de un programa elegido por mayoría de votos, y aseguró que “la lucha contra el golpe será larga, pero vamos a vencer”.
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