Nunca ganaremos el Mundial

Fernanda Sánchez

Reza la canción del grupo español La Habitación Roja, y no me queda la menor duda de que describe a la perfección el escenario de la Selección Mexicana: romanticismo suicida.

El Tri abre el telón tras el Mundial e inicia otro ‘proceso’, palabra que les gusta mucho en el medio, para definir ciclos de un entrenador. Ricardo Ferretti debuta, por segunda ocasión, como técnico interino. Será el sexto interino en tomar las riendas del Tri desde 2008, ¿es este un dato para alarmarnos? Si, totalmente.

Cómo pretendemos llegar al éxito si no hemos resuelto el rubro de la previsión. La salida de Juan Carlos Osorio estaba más cantada que Las Mañanitas, recordemos que tres meses antes del Mundial aceptó públicamente que su continuidad iba a ser complicada, por no decir imposible. A tres meses del la Copa del Mundo abrió el paraguas, y nadie en FMF lo tomó en serio para ponerse a buscar opciones y alistar el nuevo proceso sin recurrir a un semestre en vano con un DT que no va a quedarse, o al menos ha manifestado no querer quedarse.

Parece que ya se nos olvidó cuando Ferretti dijo hace unos años que prefería ser barrendero a entrenador de la Selección. En broma, ‘de relajo’, o como comentario folclórico, lo cierto es que el puesto es desdeñado por la gente que mejor conoce las formas en las que el Tri converge, ese ambiente no generará ningún clima óptimo para sentar bases que nos lleven al éxito.

Recurrimos, una vez más, al bomberazo, a construir con lo que hay, y ‘con quien se deje’. En la FMF deben empezar a preocuparse por la forma en la que se reproduce la idea de que dirigir a la Selección Mexicana es entrar al manicomio.

¿Qué bases o estructuras nos han dejado los anteriores entrenadores?

Casi 20 años solucionando los problemas de la Selección Mexicana con DT’s que un día ganaron títulos y la ocasión era perfecta para presentarlos: Javier Aguirre, Hugo Sánchez, José Manuel de la Torre, Miguel Herrera.

Interinos que no tuvieron de otra más que aceptar: Jesús Ramírez, en alguna ocasión Efraín Flores, Luis Fernando Tena, Enrique Meza y Miguel Herrera también fungieron como interinos.

Los únicos procesos que revelaron estudio o alguna idea futbolística fueron los de Ricardo La Volpe, y en cierta forma, el de Juan Carlos Osorio que dejó como premisa la optimización integral del futbolista como profesión, de ahí en fuera, las bases estructurales del futbol mexicano siguen siendo las mismas ‘soluciones’ inventivas de hace 20 años.