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Saltillo, Coahuila / 4 Octubre 2018
Por: Luis Martínez
Han transcurrido 46 años de aquel trágico accidente que marcó a miles de ciudadanos, siendo una fecha muy dolorosa y perturbadora para las nuevas generaciones. Fue un 4 de octubre de 1972 cuando inicio la pesadilla que vino a enlutar a muchas familias.
Entre gritos, llantos y escombro finalizó aquel viaje donde murieron cientos de personas que terminaran sepultados bajo los fierros retorcidos después clamar ayuda, mientras las llamas los consumían a diestra y siniestra.
Minutos después del accidente acudieron elementos del cuerpo de bomberos, policía municipal, socorristas de la cruz roja, el ejército mexicano así como civiles que se unieron a las labores de rescate para salvar a las personas que quedaron atrapadas.
El espacio se convirtió en un caos total; ayuda, aquí estoy, por favor gritaba la gente atrapada, la multitud no podían creer lo que sus ojos apreciaban, un panorama transformado en muerte, dolor y tristeza.
Más de doscientos cincuenta cuerpos fueron rescatados y acopiados para posteriormente ser reclamados por sus familiares, mismos que fueron indemnizados por la cantidad de ochenta mil pesos, aunque no todos los cuerpos fueron reclamados ya que se habla de que perecieron familias completas.
Fueron alrededor de 213 personas las que sobrevivieron, muchos hoy en día pueden contar aquella historia, como es el caso de Magdalena Hernández esposa de Ignacio Carrizales quien era el fogonero del Tren de la Muerte.
El personal asignado para la realización de ese viaje fue seleccionado por el sindicato de Ferrocarriles Nacionales de México, pero una vez ocurrido los hechos miembros del comité deslindaron fallas externas de la maquinaria.
Los vagones utilizados para los pasajeros provenían de Aguascalientes los cuales ya eran desecho y estaban destinados para fundir en la empresa Hornos de México, sin embargo debido a la demanda y sobre venta de boletos, decidieron utilizarlos a pesar de las pésimas condiciones.
Ignacio Carrizales (fogonero) y Don Melchor Sánchez (maquinista) fueron condenados a 12 años de prisión, estando 5 días en el centro penitenciario de Saltillo ubicado donde actualmente se encuentra el edificio de “Finanzas”. El día 11 de octubre fueron trasladados al cereso de Piedras Negras, puesto que una multitud saltillense se manifestaba fuera del penal para linchar a los maquinistas.
Jesús Rocha conductor de la tripulación fue quien dio aviso de aquel accidente a la estación de saltillo, y nunca más se supo nada
En aquel entonces el Doctor Luis Morales Benavides quien se desempeñaba como director del Hospital de Ferrocarriles fue destituido de su cargo al verse presionado por agentes de la Procuraduría General de la República junto a Ferrocarriles de México para que firmara unos documentos que señalaban a los maquinistas en estado de ebriedad, “No voy a culpar a personas inocentes” afirmó.
El reloj marcaba alrededor de las 23:30 horas, cuando unos dos mil feligreses retornaban de Real de Catorce después de haber visitado al santo patrón San Francisco que se celebra en un pueblo del norte de la ciudad potosina.
A unos 10 kilómetros al sureste de la ciudad de saltillo, se encuentra aquel lugar conocido como Puente Moreno, donde cerca de dos mil peregrinos de la capital, abordaron el tren con destino a Real de Catorce.
Un día después, en su regreso la locomotora 8405-08 norte, se descarriló en una curva ubicada en aquel sitio, tras el impacto algunos vagones quedaron enterrados bajo la tierra con aquellos pasajeros que no lo vieron venir.
Por voz del conductor Jesús Rocha reportó a la estación la “Encantada” que el sistema de frenos estaba fallado, las llamadas catarinas del freno manual no servían ni el freno por aire, por lo que los 25 vagones cargados empezaron a rodar y por ende en la pendiente tomaron una velocidad aproximada de 80km/h.
Según las causas del trágico accidente fue porque la máquina que arrastraba alrededor de 25 vagones sobrecargados, se quedó sin frenos, otros, que porque el maquinista y los otros encargados se encontraban ebrios y con mujeres a bordo; el exceso de velocidad, o que las unidades eran consideradas chatarra, aun a la fecha no se sabe la verdad con exactitud.
