México, 13 May (Notimex).- El nitrógeno en el excremento de focas y pingüinos es el principal impulsor de la biodiversidad terrestre en la Antártida, reveló un nuevo estudio del centro británico de investigación de la Antártida (BAS, por sus siglas en inglés).
Parte de los desechos se evaporan como amoniaco, el restante es recogido por el viento y arrastrado hacia el interior del suelo, proporcionando el nitrógeno necesario para algas, musgos y líquenes, comentó el doctor Stef Bokhorst, del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Universidad Libre de Ámsterdam.
Las plantas acuáticas a su vez alimentan y albergan invertebrados, los cuales se encuentran en millones por metro cuadrado en la zona, indicó el especialista, de acuerdo con el reporte publicado en el portal de internet del BAS.
Al estudiar las concentraciones de guano alrededor de las colonias de reproducción en la península Antártica, encontraron que los puntos fértiles eran hasta 240 veces más grandes que la colonia y se extendía a más de un kilómetro.
Todavía se sabe poco sobre la distribución y abundancia de la biodiversidad terrestre en la Antártida, aunque el alimento es clave para el desarrollo del ecosistema.
Este estudio muestra los puntos donde se concentra la vida terrestre, vital para mejorar la estrategia de conservación, añadió el investigador
Los científicos temen que los puntos ricos en nutrientes se vean comprometidos por la colonización de especies invasoras, debido al aumento de la temperatura derivado del cambio climático.
En la actualidad, la Antártida es demasiado fría y seca como para soportar muchas plantas y animales invasores, pero a medida que suba la temperatura éstos pueden prosperar.
Así como los pingüinos y las focas enriquecen el suelo para los organismos vivos, también lo podrían hacer para insectos depredadores como arañas y escarabajos, no obstante, el sistema es demasiado infértil para soportar mamíferos como ratas, concluyó.
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