WASHINGTON (AP) — Pese al rechazo de las empresas estadounidenses, de México y del Capitolio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, redobló su amenaza de imponer aranceles del 5% a las importaciones mexicanas a menos que su vecino del sur frene a los migrantes centroamericanos que intentar cruzar su frontera.
Los fabricantes estadounidenses apuntaron que los aranceles, que está previsto que entren en vigor el 10 de junio, tendrán consecuencias devastadoras sobre los productores y los consumidores estadounidenses. Las acciones estadounidenses cayeron en Wall Street en respuesta a la propuesta del mandatario.
“Imponer aranceles a los productos de México es exactamente la medida equivocada”, manifestó Neil Bradley, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que está explorando acciones legales en respuesta a la iniciativa. “Estos impuestos los pagarán las familias y las empresas estadounidenses sin hacer nada para resolver los verdaderos problemas en la frontera. En su lugar, el Congreso y el presidente deben trabajar juntos para abordar los graves problemas en la frontera”.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió a su canciller a Washington para tratar de negociar una solución. El dirigente mexicano apuntó que los problemas sociales no se resuelven con medidas coercitivas, pero parecía convencido de que Trump solo necesita ser informado sobre todos los pasos dados por su gobierno para frenar la migración ilegal.
Este año, México incrementó las redadas a las caravanas de migrantes que viajan por los estados sureños de Chiapas y Oaxaca. Además deportó a miles de migrantes y frustró a miles más que mantienen una espera sin fin por unos permisos que les permitan recorrer México de forma legal.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, habló con su homólogo mexicano por teléfono el viernes, señaló la vocera del departamento, Morgan Ortagus, que estaba de viaje con Pompeo en Berna, Suiza, y no ofreció más detalles sobre las conversaciones diplomáticas en línea con sus directrices.
“Mantenemos un dialogo abierto y una estrecha cooperación con México en una amplia gama de temas, incluyendo los esfuerzos de seguridad fronteriza”, agregó la portavoz. “Estados Unidos y México reconocen que gestionar nuestra frontera compartida es un reto común para ambos países”.
Funcionarios gubernamentales dijeron a reporteros en una sesión informativa el jueves en la noche que México podría evitar la subida arancelaria reforzando la seguridad en su frontera sur con Guatemala, persiguiendo a las organizaciones de tráfico de personas y adoptando un acuerdo con terceros que complique que quienes ingresan desde otras naciones soliciten asilo en Estados Unidos.
Trump dijo que el porcentaje se incrementará gradualmente, hasta el 25%, hasta que el problema de la inmigración se resuelva.
“México se ha aprovechado de Estados Unidos durante décadas”, dijo Trump en un tuit el viernes. “Debido a los demócratas, nuestras leyes de inmigración son MALAS. México hace una FORTUNA con Estados Unidos, lo ha hecho durante décadas, ellos pueden solucionar fácilmente este problema. ¡Es hora de que finalmente hagan lo que se debe hacer!”.
La decisión del mandatario estadounidense puso de manifiesto el esfuerzo del gobierno por buscar nuevas vías y presiones para hacer que México tome acciones, aunque esto ponga en peligro otras políticas prioritarias como el acuerdo comercial a tres bandas con Canadá, que es un pilar de la agenda legislativa de Trump y que se cree que beneficia su intento de ser reelegido en 2020.
Mantener la economía en marcha es también vital para su posible segundo mandato, y los empresarios no estaban contentos con sus aranceles a los bienes mexicanos.
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Los periodistas de The Associated Press Lisa Mascaro, Kevin Freking y Paul Wiseman en Washington, y María Verza en la Ciudad de México contribuyeron a este despacho.
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