Por Nelson Bocanegra
BOGOTÁ, 12 mar (Reuters) – La próxima entrada en vigencia de la primera fase de la regulación de Basilea III en Colombia, sumado al crecimiento de la cartera de consumo, llevará a una mayor colocación de bonos por parte de la banca, aunque los costos de emisión subirán debido a la actual turbulencia sobre los activos de riesgo.
Basilea III es un conjunto de reformas para fortalecer el sistema financiero global, a fin de evitar corridas bancarias y mitigar riesgos sistémicos. Su implementación ha sido bastante heterogénea, al no existir obligación ni fechas establecidas para adoptarlas.
En noviembre, un estudio de Copenhagen Economics calculó que los bancos europeos podrían necesitar hasta 400.000 millones de euros (442.000 millones de dólares) de reservas de capital para ejecutar Basilea III.
En el caso de Colombia, el 31 de marzo entrará en rigor el Coeficiente de Fondeo Estable Neto, que busca que las entidades sustituyan su financiamiento de corto plazo por una mayor duración, con vencimientos superiores a un año, así como una mayor diversificación de las fuentes de recursos.
El país ha fijado un cronograma de la norma, con un cumplimiento de 80% a fines de marzo, un 90% al finalizar 2021 y el 100% en 2022.
Los expertos esperan una mayor preferencia por colocación de bonos por parte de la banca, aprovechando las bajas tasas de interés, que se encuentran cerca de mínimos en casi seis años, así como la amplia liquidez.
Para la muestra, entre enero y febrero, siete bancos han emitido bonos por unos 2.561 millones de dólares, más de la mitad que los 4.594 millones de dólares colocados durante todo 2019 entre entidades financieras y empresas.
“Con la entrada en rigor de Basilea III llegan las grandes ligas, todos los astros están alineados para que esa sustitución de las fuentes de fondeo se dé en un contexto de tasas bajas de interés y de apetito”, dijo a Reuters Munir Jalil, economista en jefe para la región Andina de BTG Pactual.
Los economistas coinciden en que las emisiones de bonos superarán de lejos las del año pasado.
“Lo más probable es que ese monto siga subiendo, no solo por el tema de Basilea III, sino porque se tiene una cartera dinámica”, consideró la especialista en deuda Ana Vera, del holding de inversiones Corficolombiana.
La cartera de consumo subió el año pasado un 11,5% anual, más del triple que el crecimiento de la economía en su conjunto. Pero la convulsión que ha provocado en los mercados globales la expansión del coronavirus significará un aumento en los rendimientos que pedirán los inversionistas a los emisores por los papeles.
“Más allá de para qué sean los bonos o por qué lo están haciendo, va a haber unas consecuencias en general para los ‘spreads’ de las tasas de interés, el impacto va a ser desde la emisión de bonos de entidades financieras, o corporativos hasta para el crédito de consumo”, dijo Camilo Pérez, economista jefe del Banco de Bogotá.
Según cálculos de Corficolombiana antes de la turbulencia de las últimas semanas, se esperaba un alza de entre 60 y 80 puntos básicos en las tasas de captación de largo plazo por la mayor demanda de ese tipo de recursos. Actualmente el rendimiento promedio para la financiación superior a un año ronda el 5,73%.
Los economistas también resaltaron que ante la limitada diversificación de inversores en el mercado local, donde el 95% de los recursos de financiación corresponden a grandes prestamistas enfocados en financiamiento de corto plazo, los emisores saldrían a explorar nuevos mercados internacionales.
“Me gustaría ver más bancos colombianos saliendo a colocar afuera (…) hay mucha demanda particularmente en Asia con la que se puede diversificar”, dijo Danilo Castañeda, director de gestión de activos y pasivos de Banco Santander Chile en un reciente foro en Cartagena.
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(Reporte de Nelson Bocanegra. Editado por Marion Giraldo)