Por Efrain Otero y Jonathan Saul
SAN ANTONIO DE LOS ALTOS/LONDRES, 9 sep (Reuters) – Los venezolanos están de nuevo atrapados en largas filas frente a las estaciones de servicio del país ante el racionamiento de gasolina del gobierno del presidente Nicolás Maduro, que una vez más espera la llegada de cargamentos procedentes de Irán.
Las refinerías venezolanas han detenido casi por completo sus operaciones tras años de desinversión. Sanciones impuestas desde 2019 por Estados Unidos, destinadas a sacar al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) del poder, están restringiendo la importación de combustible, dejando a Maduro dependiente de la gasolina que envía su aliado Teherán.
Tres tanqueros que zarparon de Irán en agosto se dirigen a Venezuela, pero se espera que tomen una ruta más larga bordeando África, donde es más fácil para los barcos mantener apagados sus sistemas de rastreo para evitar a las autoridades estadounidenses, según dos fuentes marítimas.
Las filas para cargar combustible se han extendido en semanas recientes, con conductores furiosos esperando horas y hasta días, tras los cuales a veces salen con las manos vacías porque la gasolina se agota antes de que puedan llenar sus tanques. Algunas personas dijeron que las ventas se están racionando a un máximo de entre 20 y 30 litros por auto.
“Tenemos que improvisar baños, traernos la comida de casa”, dijo Esperanza González, una ingeniera de 51 años, mientras esperaba junto a su auto en Los Teques, a las afueras de Caracas. Como la gasolinera no recibió suministros, “entonces con otros vecinos de carros decidimos trancar la vía. Que alguna autoridad (…) viniera aquí a tomarnos en cuenta”, agregó.
Venezuela demanda entre 50.000 y 70.000 barriles por día (bpd) de gasolina durante la cuarentena declarada en marzo por el COVID-19, pero la distribución está limitada a un máximo de 30.000 bpd, según el líder sindical Iván Freites y dos fuentes de la industria que pidieron no ser identificada.
El Ministerio de Información y PDVSA no respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios.
Los tres petroleros que se cree transportan alrededor de 820.000 barriles apagaron su señal antes de zarpar en agosto y no han pasado el Canal de Suez, según Refinitiv Eikon.
“Es probable que estos tres tanqueros iraníes pasen por África”, dijo Omer Primor de la compañía de inteligencia marítima Windward. “No es probable que pasen por el Canal de Suez. Las autoridades del Canal son bastante estrictas cuando se trata de transmisiones AIS”.
Completar esa ruta tomaría al menos un mes más, según la trayectoria y el tamaño de las embarcaciones.
El suministro iraní cubriría las necesidades de combustible de Venezuela durante aproximadamente un mes bajo el esquema de racionamiento actual, pero menos de dos semanas si se vendiera a cualquiera que busque comprarlo.
Mientras espera por la gasolina iraní, PDVSA está haciendo un nuevo intento por reiniciar unidades de proceso clave en sus refinerías para producir combustibles de motor tras importar partes y equipos de Irán este año, pero el esfuerzo solo ha sido suficiente para producir gasolina de bajo octanaje de manera intermitente, según fuentes sindicales.
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(Reporte de Efraín Otero en San Antonio de los Altos, Vivian Sequera y Deisy Buitrago en Caracas, Marianna Párraga en Ciudad de México y Jonathan Saul en Londres. Editado por Javier Leira)