Dobleces
El silencio de los inconscientes
Israel Mendoza Pérez
@imendoza
En una franca actitud inconsciente e incongruente, los integrantes de la cúpula de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra y Francisco Estrada, guardan un silencio funesto ante el caso del preso político en Morelia, Raúl Meza, quien está acusado de sabotaje. El joven de 27 años, acudió a una manifestación por el asesinato del exalcalde de Uruapan, Carlos Manzo, sin embargo, fue la única persona reprimida y detenida.
Ante el abuso de autoridad en contra de Meza, el encargado de la Coordinación de la Oficina Foránea en Morelia de la CNDH, Lorenzo Antonio Zúñiga Luna, tampoco levantó la voz para condenar la represión de la que existen videos en las redes sociales. La indolencia de la CNDH frente a al asesinato del exalcalde y ahora la existencia de un preso político retuerce su eslogan de “defendemos al pueblo”.
La manifestación a la que acudió Raúl Meza y que fue reprimida es una clara violación a los derechos humanos, de la libertad de expresión, del derecho a defenderse, ya que además existe la fabricación de delitos y ahora tortura. Pero en la CNDH este caso no le deja dividendos políticos por no ser de las dos agendas prioritarias, la de Rosario Piedra y Francisco Estrada.
En los temas relevantes de Rosario Piedra se encuentra la represión del Estado en contra de luchadores sociales durante la época de la “guerra sucia”. Sin embargo, otros asuntos son mínimos y de corto seguimiento. El silencio en el caso de Meza, en la actualidad, es ejemplo de desinterés y omisiones ante la represión.
Ocurre lo mismo con el secretario Ejecutivo, Francisco Estrada, quien documentó la masacre de Henriquistas en la Alameda, el 7 de julio de 1952. Tema que metió con calzador en la CNDH para mantener su estatus de ideólogo de la democracia mexicana. Sin embargo, los nuevos presos políticos no existen en su bibliografía ni hemerografía ni siquiera un escueto boletín formativo lanzó. Esa es la actual CNDH, contraria a la de los spots.
Y el caso de Lorenzo Antonio Zúñiga Luna es más crítico. Ya que fue del grupo de funcionarios que, en su momento, se encontraron bajo el fuego amigo del secretario Ejecutivo por carecer de estudios universitarios y la inevitable crítica por tener antecedentes penales y trabajar en la CNDH. Todo lo contrario a lo que Estrada presume dentro y fuera de la comisión.
Y es que Zúñiga Luna es considerado un funcionario frívolo y sin capacidades o conocimientos de defensa de los derechos humanos ante la grave crisis que priva en el estado en el que se encuentra su labor. Los resultados en el caso de Manzo y ahora de Meza son claros. Es nula su presencia.
La detención de Raúl Meza exhibe la inconsciencia de quienes manejan la CNDH, con un sesgo político y de agendas de intereses personales desde hace seis años.
