Convicciones
El Bloque Negro
Rubén Aguilar Valenzuela
El pasado seis de diciembre, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, organizó un evento en el Zócalo de la Ciudad de Mexico, para celebrar su primer año de gobierno y el séptimo en el que Morena, el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador, su antecesor, está en el poder.
En esa concentración, a la que asistieron 100 000 personas, que son las que caben en la plaza central de la capital del país, no se hizo presente el grupo que se conoce como el Bloque Negro, que solo se manifiesta en eventos organizados por grupos ciudadanos, independientes del gobierno, y por la oposición.
Un alto funcionario que ha estado a cargo de fuerzas de la policía en diversas entidades del país, y conoce muy bien cómo operan estos grupos, dentro y fuera del país, me ha proporcionado, en una muy larga conversación, información sobre cómo se organiza y cuál es el propósito del Bloque Negro.
Este grupo, desde hace décadas depende de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, y no de la policía capitalina como yo pensaba. Es una estructura permanente muy pequeña, que crece de manera temporal cuando hay manifestaciones ciudadanas y de la oposición en la Ciudad de México.
Los integrantes, para cada ocasión, se reclutan entre pandillas y grupos de jóvenes en barrios de la ciudad a quienes se da un entrenamiento superficial, antes del evento para el que fueron contratados. Después de que éste finaliza, el colectivo se disuelve y solo permanece la estructura permanente.
En el operativo, los integrantes permanentes a cargo son quienes en campo dirigen la operación y dan instrucciones. La policía de la ciudad está avisada y por eso no interviene, y si lo hace es para victimizarse, como parte del montaje que se organiza y opera desde la Secretaría de Gobierno.
El propósito de la intervención de este grupo es de carácter político y no policial y por eso depende de la Secretaría de Gobierno. Los objetivos son dos: ensuciar la marcha o el evento diciendo que sus organizadores y participantes son violentos, o están manipulados, y construir una narrativa bajo control del gobierno.
Lo que se pretende es que la causa legítima de los manifestantes se disuelva, que no exista, y toda la narrativa se concentre en el tema de la violencia. El centro del discurso, que difunden los medios, es que los organizadores y los participantes son violentos y atentan contra la tranquilidad de la ciudad y de las instituciones.
Los medios, a partir de la narrativa construida por el gobierno de la ciudad, centran su cobertura informativa no en la causa legítima de la manifestación sino en los actos violentados, que resultan muy mediáticos. Es entonces que la Secretaria de Seguridad, y no la de Gobierno, que ha organizado todo, sale a informar a la prensa.
La estrategia se ve coronada por el éxito, el gobierno gana y los manifestantes pierden. La presidenta Sheinbaum Pardo como jefa de gobiernos de la Ciudad de México utilizó los servicios del Bloque Negro, sabe muy bien cómo funciona y para qué sirve.
Ella puede, tiene todo el poder, para que desaparezca esta estructura que el gobierno de la ciudad utiliza para violentar la libertad de manifestación y de expresión, y con ello atentar contra la democracia.
@RubenAguilar
