Dobleces
El SME soy yo
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
Envuelto en un manto protector con licencia para hacer pactos turbios, desde hace 25 años, Martín Esparza, dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), se encarga de poner el pie a sus opositores a través de contactos en distintas dependencias y la tradicional petición de favores a todos los niveles. Aunque mantiene un perfil bajo, el trabajo en las cañerías de la política es su especialidad.
El reciente movimiento oscuro de Esparza fue bloquear la entrega de la Compensación Vitalicia por Justicia Social a mil 363 trabajadores que fueron parte de los náufragos que dejó el expresidente Felipe Calderón y Georgina Kessel, exsecretaria de Energía. Ahora, Esparza hace el trabajo sucio para los panistas. Debilitar a las disidencias de electricistas para mantenerse como el único portavoz de los integrantes del SME es su objetivo perpetuo.
A pesar de que Martín Esparza estuvo en las reuniones en las que se decidió la extinción de Luz y Fuerza su actitud fue la de una oposición simulada. Lo supo y reservó información para ser atractivo a la oposición de aquella época. Los resultados ahora se ven. En la actualidad mantiene una actitud en contra de la clase trabajadora. Desde el 11 de octubre de 2009 encontró una chequera abierta para él y sus allegados. La base trabajadora fue entregada a las decisiones del gobierno federal y la cúpula sindical alcanzó el olimpo de los recursos.
El dirigente sindical recibió más de 5 millones de pesos con 23 años de antigüedad. Su hermano Francisco Esparza Flores, con solo 19 años de antigüedad, recibió más de 4 millones de pesos. Mientras que Martín Esparza Sánchez, hijo del dirigente sindical, con solo cinco años de antigüedad laboral, fue liquidado con más de un millón de pesos.
Ahora, a través de acuerdos políticos, Esparza Flores regatea el pago para mil 363 empleados. Su operación es la de la concentración de poder y decisiones. Como no llevó a cabo esa negociación le cierra el paso y desdeña a los opositores.
El dirigente sindical recibió más de 5 millones de pesos con 23 años de antigüedad. Su hermano Francisco Esparza Flores, con sólo 19 años de antigüedad, recibió más de 4 millones de pesos. Mientras que Martín Esparza Sánchez, hijo del dirigente sindical, con sólo cinco años de antigüedad laboral, fue liquidado con más de un millón de pesos.
Y es que, sabe que si el gobierno de la cuatroté reconoce la existencia de la oposición al entregarle el recurso faltante, es admitir que ya no es el único interlocutor. Por ello se encarga de evitar que se haga visible la oposición en su sindicato. A final de cuentas utiliza la frase del “sindicato soy yo”.
La complicidad con Esparza por parte de funcionarios de distintas dependencias es notoria. Esparza maneja millones de pesos a manos llenas y la sospecha de una colusión aumenta conforme retoma poder el sempiterno dirigente sindical.
