Dobleces
TEPJF, independencia perdida
Israel Mendoza Pérez
@imendozape
Convertido en un tribunal electoral con afinidades diáfanas a la cuatroté, la etapa presidida por la magistrada Mónica Soto es de las más controversiales. Encargada de jugar doble cara al interior del poder judicial, durante la candente discusión de la Reforma Judicial, la presidenta del TEPJF dejará el cargo con lesiones institucionales y la incongruencia de despreciar la austeridad.
Amiga de los personajes poderosos del partido en el poder y enemistada, por conveniencia, con la ministra en retiro, Norma Piña, la presidencia de Mónica Soto, se desentendió del debate de la reforma judicial al grado de tener respuestas vagas, recientemente, en su informe de labores, se envolvió en el discurso del complot a través de la justificación de recibir “presiones y ataques”. A final de cuentas, la creación de enemigos es la fórmula segura y la adoptó.
Sin embargo, su discurso se escurre ante la realidad, su simpatía con la cuatroté solo es política-pragmática. Mientras los nuevos ministros de la SCJN, encabezados por Hugo Aguilar, iniciaron funciones con un recorte a sus percepciones. Los magistrados electorales declararon ingresos por 19 millones de pesos de manera global y por su cargo público durante 2024, cuando aún tenían dos vacantes en su pleno. La austeridad como discurso es atractiva, pero en la práctica, los excesos no fueron controlados por Mónica Soto. Al menos sus salarios, en el año pasado, fueron mayores a los autorizados para el titular del Ejecutivo federal.
Durante su periodo como presidenta, el TEPJF quedó cuestionado en su independencia, por las distorsiones toleradas por ella y sus incondicionales. En su historial carga con denuncias y acusaciones al interior del tribunal. Su cercanía con el poder, obnubiló los preceptos democráticos e inclinó su criterio hacia la parte que le reditúe hasta agosto de 2027.
Y es que, en la polémica nacional respecto a la Reforma Judicial, las declaraciones de Mónica Soto fueron de la justificación banal, al cantinfleo. “El Poder Judicial de la Federación lo integra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Consejo de la Judicatura, después se agregó al tribunal electoral, pertenecemos al Poder Judicial, pero la reforma judicial no aplica al tribunal electoral”.
Ahora, el próximo 1 de noviembre, el TEPJF arrancará una nueva etapa con la asunción a la presidencia de la Sala Superior de Gilberto Bátiz García, el magistrado más votado de la elección judicial. Su primer discurso será decisivo para darle continuidad a las aberraciones jurídicas permitidas por Mónica Soto, Felipe de la Mata Pizaña y Felipe Barrera Fuentes o darle un viraje al tribunal y devolverle la independencia perdida.
El daño interno al TEPJF fue impúdico. Rescatar los conceptos democráticos es la tarea pendiente y quitarle protagonismo al grupo de Mónica Soto es el segundo punto en la agenda del tribunal, de lo contrario será otra institución doblegada por el poder de las cúpulas partidistas y extraviada en su tarea de ser un contrapeso y pasar a la obediencia a ciegas.
