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20 de octubre de 2025
Opinión

Dobleces

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  • octubre 20, 2025

Alianzas: La afrenta de Máynez

Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Con un desconocimiento pleno de la naturaleza aliancista del partido fosfo-fosfo, desde su fundación hace más de 20 años, Jorge Álvarez Máynez, coordinador nacional de emecé, hora desdeña las alianzas. Sin embargo, su partido mantuvo el registro, durante años, gracias a la serie de uniones políticas con tras fuerzas partidistas desde 1999, gracias al aval y negociación del fundador del partido, Dante Delgado Rannauro.

El partido fundado por Dante Delgado tampoco tuvo candidatos presidenciales propios, durante más de dos décadas de existencia en el escenario político. Primero llevaron a Cuauhtémoc Cárdenas, luego pusieron al servicio de Andrés Manuel López Obrador la estructura partidista por más de 15 años. Después, la efímera alianza con el PAN en la que los emecistas le levantaron la mano a Ricardo Anaya rumbo a la presidencia. Esas fueron alianzas de poder y conveniencia para subsistir e incluso para darle fuero a Álvarez Máynez, pero ahora, repudia las alianzas. Son su afrenta.

En su pose de exprimer candidato presidencial del partido “naranja” se horroriza a través de las redes sociales: “Ha quedado claro que el camino nunca fueron las alianzas en las que tanto insistieron los partidos de la vieja política”. Sin embargo, a cada paso y declaración estridente que da Álvarez Máynez más se sumerge en una perorata.

El partido que dirige, nació gracias a la mano de un integrante de la vieja política e incluso de la vieja escuela priista. La de los hombres de mano dura y abyectos al poder. Las alianzas fueron su modus vivendi. El partido, el vehículo para jugarle oposición al PRI.

Dante Delgado tiene bien medido al partido del que formó parte y que le dio la espalda cuando fue defenestrado y encarcelado en el penal de Pacho Viejo en 1994. Su molestia en el sexenio de Ernesto Zedillo también agudizó su idea antisistema. Con eso se entiende que sus pasadas alianzas con el PRD, el PAN y el PT iban en el sentido de ser un partido antiPRI. Esa es su naturaleza y su nacimiento. Ni es un partido de avanzada ni es una propuesta de izquierda.

Hacia 1999, el nacimiento del partido Convergencia por la Democracia también tuvo su raíz priista germinada por Dante Delgado Rannauro. Su pasado como alumno de Fernando Gutiérrez Barrios es indeleble en su historia política. Incluso, se le acusó, en su momento, que en 1988 como secretario de gobierno del gobierno de Veracruz y Fernando Córdoba Lobo como líder estatal del PRI, operaron el fraude electoral del 6 de julio de 1988 en la elección presidencial, cuando en Veracruz, el triunfo pertenecía a Cuauhtémoc Cárdenas. Esas son las raíces del partido naranja.

Esa historia la niega Álvarez Máynez o simplemente reniega del partido que le ha dado todo. Aun así lanza un mensaje en el que descalabra a los dirigentes del pasado en Movimiento Ciudadano. “Si se hubiera entendido a tiempo, el equilibrio de poder sería distinto”.

Con un padrón de 390 mil 566 militantes, el partido de Álvarez Máynez, apuesta para llegar a 2027 solo. Y jugar el capital político que tiene, aunque sea de retazos del PRI, pero pondrá a prueba aquella trillada frase: “renovarse o morir”.