Mujeres: entre cicatrices renace la esperanza

En Coahuila, donde la mortalidad por cáncer de mama supera la media nacional, mujeres sobrevivientes comparten sus historias de lucha y esperanza, fundidas en el marco del Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama que se conmemoró este domingo 19 de octubre
Miguel Villarello, Zarza Aguilera, Laura Estrada
El cáncer de mama no solo deja marcas en el cuerpo, también en el alma. En Coahuila, donde la mortalidad por esta enfermedad supera la media nacional, tres mujeres decidieron convertir el miedo en fuerza y la adversidad en inspiración. Sus historias de lucha, fe y resiliencia nos recuerdan que la detección oportuna puede salvar vidas, pero sobre todo, que el amor propio y la esperanza son también formas de sanar.
Cada historia es distinta, pero todas comparten una misma batalla: la de reencontrarse con la vida después del diagnóstico. Detrás de cada cicatriz hay una mujer que aprendió a mirarse sin miedo, a levantarse en medio del dolor y a abrazar su cuerpo con gratitud. En los hospitales, en los hogares y en los corazones de miles de coahuilenses, se libra todos los días una lucha silenciosa que no siempre se gana con medicamentos, sino con fe, amor y fortaleza.
Alma Proa: la mujer que convirtió el cáncer en fuerza de vida
Con una enseñanza de resiliencia y sororidad hacia otras mujeres que atraviesan el cáncer de mama, Alma Proa Silva, doble sobreviviente de cáncer, primero de tipo cervicouterino y tras su segundo diagnóstico en 2021, de cáncer de mama; decidió hacer de su enfermedad un amigo con el cual transitar una lucha, no para vencerlo, sino para aceptar que el cáncer vino a cambiar su vida, pero también a transformarla en una mejor mujer.
Alma es madre de Félix Luis Fernando, Juan De Jesús y Hannia María, esposa de Gerardo Martinez Martinez, periodista de profesión, quien hoy se siente doblemente bendecida por Dios, ya que su primer transitar con el cáncer comenzó en 2007 y salvó su vida tras un proceso difícil, pues a diferencia de la infraestructura hospitalaria que se tiene actualmente en la ciudad, en aquel año tuvo que esperar seis meses por una cita de diagnóstico, y una cirugía de emergencia por lo avanzado de su caso en la clínica 25 del IMSS en Monterrey, Nuevo León.
Con las carencias el miedo crece, piensas que la vida se te va porque no hay quién te atienda de manera rápida”, hoy es distinto y aunque siempre supo que “su amigo” el cáncer podría regresar, no esperaba que ese 2021, justo en un evento de diagnóstico para conmemorar el día de la lucha contra el cáncer de mamá y que ella cubría como reportera de Grupo Zócalo, le harían una exploración mamaria para descubrir un pequeño bulto.
“Me acuerdo que fui a cubrir un evento del cáncer de mama en el hospital general y me dijeron ándale Almita tú también hazte un chequeo y cuando vi la impresión, el rostro de la enfermera dije esto no es cosa buena, todo fue muy rápido gracias a que ahora contamos con estos hospitales y en noviembre me operaron y en diciembre inicio con las quimioterapias”. Un proceso rápido pero por igual difícil, en el que contó con el apoyo de sus hijos, su esposo y su familia.
2021 lo describe como un año de golpes, en febrero falleció su mamá a consecuencia del Covid19; en junio a su esposo le amputaron un pie, derivado de su diagnóstico de diabetes y en octubre llega su diagnóstico de cáncer de mama en etapa dos. “siempre he sido muy miedosa o al menos eso creí, pero me di cuenta que yo era una mujer más fuerte de lo que siempre me consideré”.
Recordó que al recibir su diagnóstico se miró desnuda frente al espejo, “lo que hice fui decir si te tienes que ir, adiós, te agradezco que en su momento fuiste mi soporte, amamantaste a mis hijos, les diste vida pero llega un momento en que nos tenemos que separar, así tiene que ser porque lo principal es mi vida, le di las gracias a mi mamá por lo que me dio, porque en su momento me hizo sentir mujer, me hizo sentir bonita, sexi, me hizo sentirme de muchas maneras y pues el día de mañana ya no va a estar”.
Reconoció que el despertar fue de alegría por verse con vida, pero también fue impactante no ver su seno derecho y ahora solo era una cicatriz en su lugar. Aún así dice ser una mujer plena, feliz, agradecida con Dios porque sigue disfrutando de su familia, su esposo que desafortunadamente ha perdido otra extremidad y con tristeza en 2022 recibió el diagnóstico de cáncer de mama de su hermana, hoy superado y gracias a los avances hospitalarios y de atención oncológica, ella recibió el diagnóstico, la cirugía y los tratamientos de quimioterapias completamente en Acuña.
Alma transita aún con el cáncer en remisión, recibe tratamiento permanente y revisiones continúas, en las que dice, el miedo se asoma pero confía que finalmente en 2027 la den de alta, aunque la certidumbre siempre estará ahí, por ello prefiere ver al cáncer como algo amigable, que más que hacerle daño la ha transformado. Aseguró que tras superar el primer cáncer, gracias a una carta que escribió para agradecer a quienes la acompañaron en su proceso, descubrió su pasión por el periodismo y recibió su primera oportunidad en Coahuilteca Medios.
Tras su segundo diagnóstico se descubrió como una mujer fuerte y decidida a cumplir su sueño, ser abogada, es así como culminó su carrera de licenciatura en derecho. También se descubrió como una mujer resiliente y capaz de desarrollar la sororidad entre mujeres, por lo que destacó que dar su testimonio es una oportunidad de vida aunque su mensaje solo sea escuchado por una mujer, ese mensaje de amarse, cuidarse, vigilarse y sanar para seguir tendiendo una red de apoyo para otra mujer.
“El miedo no me paralizó, me movió a luchar”: María Alejandra
Con la voz llena de emoción y recuerdos que todavía duelen, María Alejandra García Briones compartió su historia de vida tras ser diagnosticada con cáncer de mama cuando era madre soltera de una niña de apenas cinco años. Su relato, lleno de lágrimas, miedos y aprendizajes, hoy se convierte en un mensaje de esperanza y conciencia para miles de mujeres.
La enfermedad llegó sin aviso, con un “chipotito pequeño” en el seno izquierdo que al principio intentó ignorar. “Tenía mucho miedo, le sacaba la vuelta al especialista, pero algo en mi interior ya me decía que había algo por ahí”, narró.
Tras acudir a un ultrasonido en octubre, mes de la concientización sobre el cáncer de mama, recibió la primera alerta: “La doctora me dijo: por protocolo te mando a hacer el eco. Yo confiada fui sola con mi niña de cinco años. Y ahí me dijeron que había algo que no cuadraba. El pasillo de los laboratorios se me hizo eterno. No me dijeron cáncer, pero yo ya sabía que empezaba un camino largo”.
Días después, su hermana —doctora— le confirmó el diagnóstico. “Quien me dice ‘Ale, tienes cáncer’ es mi hermana. Fue devastador, pero en ese momento supe que no podía quedarme quieta. El miedo o te consume o lo usas a tu favor. A mí me movió. Pensé: soy mamá soltera, mi niña no puede quedarse sola. Yo no le puedo faltar, voy a hacer lo que sea necesario para quedarme”.
El proceso fue intenso: 16 quimioterapias, dos cirugías —incluida una cuadrantectomía donde le retiraron parte del seno izquierdo— y 33 radioterapias en Monterrey. Todo sin dejar de trabajar. “Yo tomaba mis quimios en sábado para poder estar en la oficina el lunes o martes, aunque estuviera cansada. Era muy duro, pero tenía que seguir”.
Su familia fue un pilar fundamental.
Mis padres me cuidaban como niña chiquita. Una hermana vivió conmigo para apoyarme, otra me dio seguridad médica al ser doctora, otra me escuchaba como psicóloga. Mis primos y tíos incluso se raparon conmigo. Mi hija… mis respetos, era chiquita, pero su fortaleza fue lo que más me impulsó”.
María Alejandra también enfrentó la dureza de los tratamientos y de la mirada de los demás: “Me incomodaba usar peluca, así que decidí andar pelona. Aprendí que tu valor no está en cómo te ves, sino en quién eres. Esta enfermedad me enseñó a valorar lo más simple: mis uñas, mis rodillas, mis articulaciones, el poder caminar”.
Hoy, con voz firme, envía un mensaje a las mujeres: “La detección temprana es vital. La más mínima diferencia en el cuerpo hay que revisarla. No lo dejen pasar por miedo o por descuido. Yo antes decía ‘cáncer, eso le pasa a otros’. Pero me alcanzó a mí, y lo único que pensé fue que no alcanzara a mi hija. No puedo evitar lo que pase en el futuro, pero sí sembrar en ella la cultura de escucharse y revisarse”.
Al pedirle una palabra que resuma su experiencia, no duda en responder: “Fe. Fe en Dios, fe en mí, fe en que cada día de lucha vale la pena. El cáncer me quitó cosas, pero me dio la fuerza de creer y de seguir adelante”.
“Un seno menos, mil ganas más de vivir”: María Guadalupe
Con voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas, María Guadalupe Ortiz Ortiz, quien enfrenta el cáncer de mama, compartió su historia marcada por la tristeza, el dolor de la pérdida física y emocional, pero también por la esperanza de seguir adelante.
El diagnóstico llegó de manera inesperada tras detectar una bolita en su seno. “Yo dije: esto no está bien, tenemos que ver un especialista. Y cuando escuché la palabra cáncer, lo primero que pensé fue: cáncer es muerte. Me agüité mucho, lloré mucho, mi familia igual junto conmigo… pero gracias a mi padre Dios aquí sigo”, relató.
Su lucha comenzó con una cirugía inmediata en la que le extirparon el seno. “Me programaron de un día para otro, entré al quirófano a las 2:00 de la tarde y al día siguiente a la misma hora ya estaba afuera. Yo pensé que iba a durar allí semanas o meses, pero no, gracias a Dios no hubo complicaciones”, recordó.
El camino no ha sido fácil. Los tratamientos le han dejado secuelas visibles y dolorosas. “Estoy perdiendo el cabello, los dientes, me da mareo, vómito, diarrea, dolores de cabeza… aunque no sean quimios, las pastillas también traen muchas complicaciones. El médico me dijo: son como síntomas de la menopausia, pero tres veces más fuertes”, compartió.
Además del desgaste físico, enfrentó dificultades para acceder a medicamentos y estudios. “Hoy tuve que hacerme un estudio particular porque el seguro me daba cita hasta noviembre, y yo tengo mi oncólogo el día 17 y no la iba a perder. En ocasiones he esperado horas para que me den respuesta y me han tratado con frialdad. Eso duele, porque se trata de nuestra vida y de nuestra salud. No debería ser tan complicado”, expresó con tristeza.
Pese a todo, su fe y su familia han sido pilares para continuar. “El cáncer no se retira, sigo en tratamiento; antes eran citas cada tres meses, ahora son cada seis. Y aunque hay momentos de tristeza profunda, sé que tengo que seguir adelante. Esa es la actitud que me mantiene viva”.
Conmovida, envió un mensaje directo a las mujeres: “La más mínima diferencia que noten en su cuerpo, acudan inmediatamente al médico. No lo dejen pasar por miedo o por descuido. He visto compañeras que con la quimio pierden pelo, cejas, pestañas… pero lo más duro es perder la oportunidad de detectarlo a tiempo. La detección temprana puede salvar vidas.”
Finalmente, al pedirle que resumiera su experiencia en una sola palabra, María Guadalupe respondió con firmeza, aunque con lágrimas en los ojos:
“Seguir adelante. Aunque sea con tristeza, aunque duela, hay que seguir adelante. Porque la vida siempre vale la pena.”
Coahuila por encima de la media nacional
En Coahuila, las cifras reflejan tanto los avances como los desafíos. Durante 2023, la entidad registró una tasa de 20.44 fallecimientos por cada 100 mil mujeres de 20 años y más, superando la media nacional de 17.48, según datos del Inegi.
En lo que va de 2025, el Boletín Epidemiológico Nacional reporta 332 nuevos casos de cáncer de mama en el estado, tres de ellos en hombres. Aunque los diagnósticos muestran una ligera disminución frente al año anterior, los especialistas advierten que nueve de cada diez detecciones siguen ocurriendo en etapas tardías, cuando las posibilidades de curación se reducen drásticamente.
El subdirector médico del Hospital Universitario de Saltillo, Andrew Alejandro Rodríguez Santillán, afirma que después de los 25 años es recomendable acudir a algún tipo de control en torno a este tipo de padecimientos con los médicos especialistas o generales que tienen la capacidad para la detección.
El especialista subrayó que uno de los principales desafíos en México es la detección tardía del cáncer de mama, ya que hasta el 90% de los diagnósticos se realizan en etapas avanzadas.
Con frecuencia las pacientes acuden cuando ya presentan una bolita o una masa palpable, es decir, cuando el tiempo para un tratamiento curativo ha pasado y sólo se puede controlar la enfermedad”, explicó.
En cuanto a los hombres, informó que el Hospital Universitario no ha registrado casos de cáncer de mama en lo que va de 2025. No obstante, recordó que a mediados de 2024 atendieron a un paciente varón de poco más de 40 años, quien presentaba una tumoración palpable en la glándula mamaria izquierda. Tras los estudios correspondientes, fue diagnosticado con cáncer en etapa tardía y canalizado para recibir su tratamiento especializado.
De acuerdo con el Boletín Epidemiológico del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud federal, hasta la semana 39 de 2025 —correspondiente del 28 de septiembre al 4 de octubre—, en México se han registrado 21 mil 142 nuevos casos de tumor maligno de mama, tras sumar 453 en la última semana.
En el mismo periodo de 2024, el acumulado fue ligeramente superior, con 21 mil 360 casos y 509 nuevos diagnósticos en esa semana. No obstante, la tasa promedio semanal entre 2020 y 2024 se mantiene en 499 casos, lo que refleja una tendencia estable en la detección de esta enfermedad a nivel nacional.
En el caso de Coahuila, el boletín reporta 14 nuevos casos durante la semana 39 y un acumulado de 332 en lo que va del año. De ellos, tres corresponden a hombres y 329 a mujeres. En comparación, en 2024 el total fue de 438 casos. Esta ligera reducción sugiere una posible estabilización, aunque los especialistas advierten que el riesgo sigue siendo alto.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) difundió el 17 de octubre de 2023 su boletín con motivo del Día Internacional de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, donde se reporta que en 2022 se registraron 23 mil 790 nuevos casos en la población mexicana de 20 años y más.
La incidencia nacional fue de 27.64 casos por cada 100 mil habitantes de ese grupo de edad, y el impacto fue marcadamente mayor en mujeres: 51.92 casos por cada 100 mil, frente a 1.25 en hombres.
En cuanto a mortalidad, el Inegi documentó 87 mil 880 fallecimientos por tumores malignos en personas adultas, de los cuales el 9% (7 mil 888) correspondieron al cáncer de mama. De estos, el 99.4% fueron mujeres (7 mil 838 casos) y apenas el 0.6% hombres (50 casos).
Los estados con mayor incidencia de nuevos casos fueron Colima, Durango y Jalisco, mientras que Puebla, Tlaxcala y Chiapas registraron las tasas más bajas.
En Coahuila, la incidencia en mujeres de 20 años y más osciló entre 37.95 y 55.23 casos por cada 100 mil, ubicándose por encima del promedio nacional.
El mismo informe indica que cinco de cada diez muertes (51.3%) por este cáncer ocurrieron en mujeres de 60 años o más, lo que equivale a 4 mil 18 defunciones. Esto confirma que el riesgo de mortalidad aumenta con la edad.
Además, las entidades con mayores tasas de defunción por cáncer de mama fueron Ciudad de México, Nuevo León y Chihuahua, mientras que Chiapas, Tlaxcala y Guerrero se ubicaron con las más bajas.
Finalmente, el INEGI destacó que la media nacional de mortalidad por cáncer de mama en mujeres de 20 años y más fue de 17.48 por cada 100 mil, mientras que Coahuila alcanzó una tasa de 20.44, tres puntos por encima del promedio nacional, lo que confirma su posición entre las entidades con mayor mortalidad por esta enfermedad.
Betel Briones lanza Rap contra el cáncer de mama
Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, la modelo curvy e influencer saltillense Betel Briones presentó una canción de rap para concientizar sobre la detección oportuna de esta enfermedad, destacando que su mensaje está dirigido tanto a mujeres como a hombres.
“Hace años, en una revista nos pidieron un mensaje corto sobre cáncer de mama. Yo ya cantaba rap y fue la forma en que pude interpretar el tema: mandar un mensaje positivo con mi estilo. Como modelo e influencer tengo una responsabilidad social y moral; si la gente ya voltea a verme, también debe llevarse un mensaje positivo”, expresó Briones.
La creadora de contenido recalcó la importancia de explorarse más allá del mes rosa: “Todas conocemos nuestro cuerpo, pero no todas nos revisamos. No se trata solo de hacerlo en octubre, hay que hacerlo todo el año. Hay más de 13 mujeres muriendo a diario a causa de esto, y también hay hombres que enfrentan la enfermedad, aunque pocos se revisan porque creen que no les puede dar”, señaló.
Con un testimonio cercano, compartió que dos de sus primas enfrentaron el cáncer de mama y una de ellas recientemente fue declarada sana tras años de lucha.
Yo al ver su lucha constante, saber que es una guerrera y que hace un mes la declararon en remisión, me motiva. Todas conocemos a una mujer que está enfrentando esta lucha, y quiero que sepan que no están solas”, afirmó con emoción.
Finalmente, Betel Briones subrayó que la música puede ser un vehículo de conciencia social: “Un minuto puede salvar tu vida. Si ya vamos a llegar a varias personas con nuestro arte, que sea de manera positiva. No nos cuesta nada voltear a ver a nuestra sociedad y dejar un mensaje con conciencia social”, concluyó.