Dobleces

El PT, entre lujos
Por: Israel Mendoza Pérez
El Partido del Trabajo se encuentra a la orilla de la encrucijada: romper con Morena o mantener una línea de choque de mediana intensidad como la mantiene desde hace dos años. Hasta el momen- to, Alberto Anaya, sempiterno dirigente del parti- do, permite el crecimiento de la tensión en temas electorales y de escándalos políticos. Al grado de hacerse visible una confrontación con la dirigente morenista, Luisa María Alcalde Luján, con miras a una negociación rumbo a 2027 provechosa y ven- tajosa para el PT.
Sin embargo, la tensión rebasa el límite de la to- lerancia y se convirtió en una afrenta a la dirigencia morenista y a los principios de austeridad francis- cana adoptados por la cuatroté.
El escándalo político más despreciable para el PT, debería ser el protagonizado por la diputada federal, Diana Karina Barreras, la exhibición de una vida os- tentosa alejada de la “justa medianía juarista”, revela la incongruencia del partido que la arropó desde su salida de las filas del panismo en Sonora.
El silencio de Alberto Anaya como dirigente, en este asunto despierta sospechas. Ni respalda a la legisladora ni critica la suntuosidad exhibida en re- des sociales; su caso trastoca uno de los principios más elementales de la cuatroté como es el presu- mir que la clase política actual, dejó atrás los tiem- pos de las castas. Nada más alejado y demagógico.
Hasta que la dirigente de Morena, Luisa María, Alcalde, evocó el principio de austeridad de la cuarta transformación y tiró línea a los integrantes del movimiento: “Aunque se tengan los recursos, no se trata de ponerse un abrigo de piel muy caro. Podemos tener los medios, pero debemos com- portarnos como dirigentes de un movimiento que representa al pueblo”.
Sin embargo, en el PT hay impunidad. Alberto Anaya no secundó el llamado de la lideresa more- nista y solo el silencio cómplice, con Karina Barre- ras, fue notorio debido a que sabe que es una ma- niobra manejada desde dentro del movimiento. Y es que el partido de Anaya tiene la mira puesta en las elecciones de 2027 y en la pesca de morenistas discrepantes con las medidas de antinepotismo y de reelección pese a resultados mediocres.
La rebelión petista la permite Anaya Gutiérrez, pero evita dar la cara. Usa la maniobra de pegar, pero a través de interpósita persona. Lizeth Sán- chez García, senadora y presidenta de la Coordi- nación Estatal del PT en Puebla, fue ahora quien advierte que el partido tendrá puertas abiertas a todos los militantes de Morena que no estén de acuerdo con las nuevas reglas que el Consejo Na- cional promueve para los aspirantes a candidatos para 2027.
El Partido del Trabajo está a la espera de la nego- ciación con Morena para los comicios próximos y retomar su proyecto de partido rémora.
El escándalo de la diputada Diana Karina Ba- rreras, se perfila a ser un disparo proveniente del “fuego amigo”, ya que se intensificó a raíz de su des- tape, adelantado, como aspirante a la alcaldía de Hermosillo y eso levantó muchas cejas en Morena y la política de brazos abiertos a morenistas frustra- dos, expresada por Lizeth Sánchez es la respuesta a Morena de continuar con su crítica a la clase polí- tica suntuosa y de la que el PT, por lo visto, también forma parte.