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3 de julio de 2025
Opinión

Camino a Valinor

Camino a Valinor
  • julio 3, 2025

“Tus datos, su poder”
José Inocencio Aguirre Willars

¡Hola! Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo la hora en que me lean.
En un país donde la confianza en las instituciones se gana con gotero y se pierde con baldes, hablar de una reforma en telecomunicaciones y seguridad que incluye el CURP biométrico debería encender todas las alarmas.
La propuesta presentada por Morena, con el discurso de la modernización y la protección ciudadana, en realidad abre la puerta a una recolección masiva de datos personales sin una ruta clara de protección ni garantías de uso adecuado. Bajo la bandera de un México más seguro, se centralizaría información como huellas dactilares, iris, rostro, voz y más, vinculada a nuestro CURP. Todo esto, por supuesto, en nombre del bien común.
Pero ¿quién controla esa base de datos? ¿Quién vigila al vigilante?
Ya vimos en el pasado que los padrones pueden ser vulnerados, vendidos o utilizados con fines políticos; y ahora quieren que pongamos nuestras huellas y hasta nuestro iris en un solo lugar, confiando en que no habrá errores, ni hackeos, ni tentaciones autoritarias.
Peor aún, esta propuesta se acompaña de un intento de mayor control sobre las telecomunicaciones: acceso más amplio a las geolocalizaciones, registros de llamadas, y metadatos, todo sin necesidad de una orden judicial clara. El Estado mexicano no se ha caracterizado por su pulcritud institucional, y darle ese nivel de poder en una democracia frágil puede ser tan irresponsable como peligroso.
El problema no es la tecnología, es el contexto. En países con instituciones sólidas y ciudadanía empoderada, los sistemas biométricos se regulan con frenos y contrapesos reales. En México, con el autoritarismo a flor de piel y la impunidad como constante, los riesgos son altísimos.
Si permitimos esta reforma sin exigir límites, transparencia y control social, no será una medida de seguridad: será una herramienta de vigilancia. Y una vez que el poder aprende a mirar, pocas veces quiere dejar de hacerlo.
No es paranoia. Es historia reciente. Y es sentido común.
Saludos a todas y a todos y por aquí nos vemos la próxima semana.